Comida para un año tras el «brexit»

Rita Álvarez Tudela LONDRES

MERCADOS

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Los agricultores advierten de que el país no tiene garantizado el suministro de alimentos. Los nuevos hábitos de consumo han acentuado la dependencia de productos extranjeros

12 ago 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El Reino Unido se quedaría sin alimentos dentro de un año si no puede seguir importando fácilmente desde la UE y otros terceros países cuando se materialice el brexit, advirtió el Sindicato Nacional de Agricultores (NFU, por sus siglas en inglés). Su presidenta, Minette Batters, instó al Gobierno de Theresa May a colocar la seguridad alimentaria en lo más alto de la agenda política ante el miedo a no que no se logre un acuerdo satisfactorio para el divorcio con los Veintisiete.

«El sector agrícola del Reino Unido tiene el potencial de ser uno de los más afectados por un mal brexit: un acuerdo de libre comercio sin fricciones con la UE y el acceso a una fuerza de trabajo segura y competente para las empresas agrícolas son fundamentales para su futuro», advirtió Batters.

En esa línea, en la citada declaración emitida por el NFU, Batters expresó su preocupación por que el Reino Unido no sea capaz de satisfacer sus necesidades alimentarias si la salida del club comunitario no se administra correctamente. La advertencia de la líder de los sindicatos agrarios se produce después de que el nuevo ministro encargado del brexit, Dominic Raab, afirmase que Reino Unido tendría «suministros adecuados de alimentos» después de la salida del bloque de los Veintiocho.

Produce el 60 % de lo que consume

El cálculo de la «fecha teórica» ??en la que el Reino Unido se quedaría sin alimentos se ha utilizado desde hace años como una medida de la seguridad alimentaria en el país por los expertos preocupados por la disminución de los alimentos de cosecha propia. Y es que, en la actualidad, dentro del Reino Unido se producen el 60 % de los alimentos que consume su población, en comparación con el 74 % de hace treinta años.

Las altas temperaturas y la falta de lluvias de las últimas semanas han puesto de manifiesto las capacidades y limitaciones en la producción de alimentos y han enfatizado las preocupaciones.

A ello, hay que sumar otros factores, como los cambios en los hábitos de consumo en las últimas tres décadas, que han acentuado la creciente dependencia de los alimentos cultivados en el extranjero, con artículos perecederos como tomates, lechugas y frutas cítricas que se espera estén disponibles durante todo el año.

Batters reconoció que las consecuencias que tendría el no lograr un acuerdo podrían mitigarse si el Gobierno toma medidas inmediatas y da a la producción nacional su «apoyo inquebrantable».