Aunque es ferrolana, su trayectoria personal y profesional la retuvo más de 20 años en Bilbao. En el 2010 regresó para hacerse cargo del Laboratorio de Medio Ambiente de Galicia. Desde hace tres, compatibiliza ese cargo con la Subdirección de Meteoroloxía e Cambio Climático. En el ascensor, habla del tiempo con los vecinos sin que ellos sepan que ella es, de verdad, la chica del tiempo
25 feb 2018 . Actualizado a las 05:01 h.Mariluz Macho Eiras (Ferrol, 1958) dejó Galicia muy joven. Estudió Ciencias Químicas en Santiago y pensó en hacer el doctorado, «pero después de dos años en la facultad me di cuenta de que la tesis no era lo mío». Así que se puso a buscar trabajo, y no tardó en ser elegida para el entonces pionero proyecto de las cooperativas de Mondragón, donde compartió experiencias con directivos de otras comunidades. «Tenía 23 o 24 años y aprender de altos directivos con un nivel extraordinario fue una experiencia de cuya importancia quizás no eres consciente en el momento, pero sí con el tiempo». Finalmente se quedó en Bilbao. «Entonces conocí a mi marido y fue el lugar donde los dos encontramos trabajo». Estuvo 21 años en el Laboratorio de Salud Pública de Bilbao. Al final, fueron más de dos décadas en el País Vasco.
-¿Qué le hizo volver?
-Desgraciadamente, mi marido murió en el 2010 y me surgió la oportunidad de volver como directora del Laboratorio de Medio Ambiente de Galicia, en A Coruña. No me lo pensé dos veces, dentro de las circunstancias, fue una suerte. En marzo del 2015 me ofrecieron la Subdelegación de Meteoroloxía e Cambio Climático, y acepté, porque aunque yo vengo de un mundo más técnico, pensé que si no pruebas no puedes saber si te has equivocado.
-Ha sido un reencuentro con la familia.
-En efecto, y sigo en A Coruña porque el Laboratorio de Medio Ambiente sigue dependiendo de mí y a veces me quedo a trabajar allí.
-¿A qué cree que se debe la fuerte implantación que tiene MeteoGalicia en la sociedad?
-Uno de los éxitos de MeteoGalicia es la cercanía con la población. Nos gusta que la gente llame por teléfono para preguntarnos qué día va a hacer mañana. Es una información diferenciada y cercana, porque la adaptamos a lo que la gente necesita, con variables útiles para cada sector y un lenguaje automático para la predicción por concellos. Nos encanta que la gente nos pida cosas.
-Quizás es menos conocido el trabajo que hacen en torno al cambio climático, ¿no?
-Sí seguramente. Ya nadie duda, y el que lo hace está equivocado, que es una realidad que nos afecta a todos y por lo tanto, nosotros tenemos que actuar en dos frentes: reduciendo los efectos en el medio ambiente y poniendo en marcha medidas para adelantarnos a sus posibles consecuencias.
-Parece difícil reducirlo, ¿cómo lo hacen?
-En la Cumbre de París se acordó no superar los dos grados la temperatura media de la época preindustrial, y ahora ya se habla de 1,5 grados. Para eso hay que reducir el efecto invernadero a nivel global. Hay un compromiso muy fuerte de la Xunta al respecto, estamos elaborando una estrategia de cambio climático con la vista puesta en el 2050 y queremos establecer la hoja de ruta para alcanzar ese objetivo. En ese año, la huella del carbono debería reducirse en un 90 % y hay que definir cómo llegar hasta ahí. La otra línea de trabajo tiene un componente muy importante en la sensibilización de la población, con democracia participativa para involucrar a todos. Estamos elaborando un documento del que esperamos tener un borrador antes del verano con el compromiso firme de trabajar en ese sentido, y hemos creado un hastag #galiciasostible en el que estamos volcando todo, porque la comunicación y la implicación de la sociedad es fundamental.
Mariluz Macho, ante las pantallas en tiempo real de la central de MeteoGalicia, en Santiago. | paco rodríguez
«Este es un invierno típico de Galicia, como eran cuando yo estudiaba en Santiago»
Tras una grave alerta de sequía, parece que las aguas vuelven a su cauce. Mariluz Macho lo corrobora.
-¿Estamos, contra todo pronóstico, ante un invierno típico gallego?
-Lo es; es como eran los inviernos cuando yo estudiaba en Santiago, con muchos días seguidos de lluvia. Ya veremos lo que nos dicen los datos, porque a veces las sensaciones no coinciden con la realidad. Pero el año pasado fue muy complicado, con heladas en abril y tanto tiempo sin llover... Ahora los embalses están llenos.
-¿Se encuentra cómoda en un trabajo que tiene tanta proyección pública cuando usted estaba acostumbrada a la parte técnica?
-Tiene su parte buena y su parte mala, pero yo me apoyo en un equipo de profesionales excelente. El de Meteoroloxía es extraordinario y el de Cambio Climático, lo mismo. En la subdelegación estamos ochenta personas, entre Meteoroloxía, Cambio Climático y Laboratorio, donde hacemos análisis químicos y biológicos. Hacemos analíticas de aguas y de aire, contaminantes químicos y análisis bacteriológicos, esa es la parte que yo más controlo porque se relaciona con lo que hice siempre.
-¿Cuál es el nivel de contaminación en Galicia?
-De los análisis de agua no debo hablar porque nosotros los hacemos pero los gestiona Augas de Galicia. Los del aire sí, por eso en la web hay un apartado de calidad del aire a tiempo real. Creo que la calidad del aire en Galicia es de las mejores. Los problemas se dan en ciudades grandes y las gallegas están en la costa y no tienen el tráfico de Madrid o Barcelona. Y en la industria se han reducido mucho los niveles de contaminación. Se dio algún problema de ozono, el pasado verano hubo tres días en que fue necesario alertar a la población para que tuviesen cuidado si hacían deporte al aire libre o iban a la playa.
-Usted no hablará del tiempo con su familia o con sus amigos.
-No mucho, aunque para meterse conmigo ya me llaman la chica del tiempo... Pero últimamente todo el mundo me pregunta por el tiempo, incluso mis vecinos en el ascensor, y no creo que sepan en qué trabajo. ¡Es un tema recurrente en Galicia!