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España lleva a Bruselas informes para frenar posibles recortes de cuotas

e. a. REDACCIÓN / LA VOZ

SOMOS MAR

PEPA LOSADA

Pide que se revise la propuesta para la merluza ibérica, el jurel y el lenguado y que se reabra la pesquería de cigala en el Cantábrico

28 nov 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

España calienta motores para el próximo Consejo de Ministros de Pesca, en el que se decidirán los TAC (totales admisibles de capturas) y cuotas para el año que viene. Lo cierto es que, entre rendimiento máximo sostenible (RMS), obligación de desembarque, vedas y posibles recortes de cuotas, la pesca española tiene varios frentes abiertos.

Eso llevó ayer a la secretaria general de Pesca, Alicia Villauriz, hasta la sede de la Dirección General de Pesca y Asuntos Marítimos (DG-Mare) en Bruselas. Allí depositó un dosier técnico que demuestra con números «la importancia socioeconómica» de la actividad, acompañado de «consideraciones científicas aportadas por el IEO», que sustentan las peticiones de la Administración española. Demandas que pasan por que la exigencia de alcanzar en el 2020 el rendimiento máximo sostenible (RMS) en todas los stocks tenga en cuenta otro de los objetivos prioritarios de la política común de pesca (PCP) como es la sostenibilidad económica y social.

De esta forma, Villauriz pidió que se proporcione al sector pesquero una «mínima estabilidad, evitando variaciones bruscas del TAC de un año para otro». Transmitió asimismo la necesidad de «buscar soluciones permanentes» a las especies de estrangulamiento (choque species) y mantener los mínimis o las exenciones por alta supervivencia para evitar que la flota se vea obligada a amarrar por falta de cupo para una especie.

Por especies

Ya centrándose en las especies que más le preocupan, Villauriz expresó la inquietud por el recorte que se plantea para la merluza ibérica, una de las principales pesquerías para la flota española, en la que participan más de 1.200 embarcaciones, y rebajas como la propuesta, del 20 %, puede acarrerar importantes daños. 

Tampoco es aceptable el planteamiento de bajar un 42 % el jurel del oeste. En este sentido, Villauriz recordó que la recomendación del ICES (Consejo Internacional para la Exploración del Mar) señala que, con una bajada menor, el impacto en la biomasa será el mismo. Y si el consejo del oeste es preocupante, el del sur requiere con urgencia una revisión y reformulación de la propuesta, pues ese 50 % de rebaja es inasumible.

Eso de recortar un 40 % el TAC de lenguado del sur es inaceptable, según Villauriz, máxime cuando el ICES solo tiene en cuenta una especie, la Solea solea, sin considerar otras como la senegalensis, que también se captura.

No se olvidó de la cigala. España pide a la Comisión que reconsidere ese TAC cero que lleva ya tres años en el Cantábrico, para lo que ha pedido al ICES que revise su evaluación teniendo en cuenta las campañas científicas y valore reabrir la pesquería.