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Cerqueros de España y Portugal irán a Bruselas a exigir más sardina

E. Abuín REDACCIÓN / LA VOZ

PESCA Y MARISQUEO

La Comisión plantea un tope de 10.300 toneladas, un tercio menos de lo que pedían

03 abr 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Cuando ayer en Lisboa se encontraron los profesionales del cerco de España y Portugal, los lusos todavía no sabían que la Comisión Europea había propuesto un nivel máximo de capturas de 10.300 toneladas para autorizar este año la captura de sardina. Fueron los españoles los portadores de la mala noticia, de la que supieron el lunes, cuando recibieron el borrador de resolución para gestionar la pesca de esta especie en aguas ibéricas.

Eso quiere decir que, por más que han dicho y repetido que para garantizar la supervivencia de la flota las capturas no podrían ser inferiores a 15.425 toneladas, el mensaje, entregado a Madrid y Lisboa, no ha llegado a Bruselas. Y si lo ha hecho, el Ejecutivo comunitario ha hecho oídos sordos a las voces de la parte socioeconómica de la sostenibilidad. Por eso quieren trasladarlo los profesionales en persona. Y por eso uno de los acuerdos adoptados en el segundo encuentro ibérico de organizaciones de cerco fue la de solicitar una reunión urgente con el director general de la DG-Mare (Asuntos Marítimos y Pesca), el portugués João Aguiar Machado. Un encuentro en el que «queremos tamén ter ao lado aos nosos Gobernos», explicó Andrés García, representante de la Asociación de Armadores de Cerco de Galicia (Acerga).

Los profesionales pedirán a sus Gobiernos que los acompañen a hablar con Aguiar Machado Porque si algo subrayaron ayer los representantes del sector de España y Portugal es su «confianza en el plan de gestión de la sardina» presentado por ambos países para asegurar la recuperación de la población en las aguas del Atlántico ibérico». Ahora bien, de la misma manera que apoyan su plan, también exigen a sus Gobiernos que no validen «ninguna cantidad de capturas para este año inferior a 15.425 toneladas». Es, aseguran, una cantidad que al tiempo que facilita la supervivencia de una industria alimentada por 5.000 pescadores y medio millar de embarcaciones y, al mismo tiempo, permite la pervivencia futura del stock. Una población que, por otra parte, ha dado signos de recuperación. «Vemos sardiña nós, vena os portugueses, aprecian tamén a melloría no golfo de Cádiz... So en Bruxelas parecen non ver os avances biolóxicos, aparte de pechar os ollos ao aspecto socioeconómico», reprocha Andrés García.

Toneladas para el Cantábrico

Los profesionales de uno y otro país, que han creado la plataforma ibérica en defensa de la pesca sostenible de la sardina, advierten a la Comisión de que, si no corrige su propuesta, estará contribuyendo «al fin de la pesca de la sardina en la península ibérica». Porque eso es lo que pasará, dicen, si, como figura en el plan de gestión, se limita la pesca a aún no 2.500 toneladas de junio a septiembre -antes estará prohibida su captura-, de las que 1.400 serán para el Cantábrico. Solo si hay suerte y las campañas científicas de primavera arrojan buenos resultados la flota española tendrá opción a 1.035 toneladas más.

«É incomprensible que se puidera pescar máis no 2015, cando a sardiña realmente estaba mal, que no 2019, cando as augas están cheas de peixe», apunta García.

Lo que está claro es que esas 10.300 toneladas «non aseguran unha mínima actividade, para iso é mellor que pechen e que nos paguen», sentencia.