El uso del sílex diferenció a las dos especies

La Voz

BECERREÁ

18 sep 2014 . Actualizado a las 07:05 h.

El yacimiento de Cova Eirós es uno de los pocos de la Península que contienen a la vez rastros de los neandertales y del Homo sapiens, lo que le otorga un interés científico excepcional. Esta circunstancia permite comparar las diferentes estrategias seguidas por una y otra especie para sobrevivir en el mismo territorio y con los mismos recursos. La principal diferencia en este aspecto, según indica Arturo de Lombera, está en el uso de las materias primas.

Tanto los neandertales como los Homo sapiens que vivieron en Cova Eirós utilizaron principalmente las cuarcitas -abundantes en la zona- para fabricar sus herramientas. Los primeros usaron cuarcita gris de grano fino, pero en ocasiones también recurrieron al cuarzo, un material bastante más difícil de tallar. «Hay muy pocos sitios en Europa donde se hayan encontrado herramientas neandertales de cuarzo», señala De Lombera a este respecto. «Esto indica que sabían adaptarse muy bien a las materias primas disponibles en este territorio y aplicarles las técnicas de talla que conocían aun cuando los materiales no fuesen los más adecuados».

Los Homo sapiens que los sucedieron también utilizaron las cuarcitas de grano fino, pero además -y esto los diferencia de los neandertales- fabricaron utensilios de sílex, un mineral que no se encuentra en la zona. «La técnica de talla de tipo laminar que empleaban requería unos materiales de mayor calidad y por eso invertían más tiempo y más energía en buscar los minerales que necesitaban», apunta De Lombera.

Por ahora, los arqueólogos no han podido determinar la procedencia del sílex, pero los análisis mineralógicos indican que este material está asociado a afloramientos de roca caliza. «Hay estudios geológicos que mencionan la presencia de afloramientos de sílex de este tipo en la zona norte de Becerreá y es posible que fuesen a buscarlo allí, pero nosotros todavía no pudimos localizar esos afloramientos sobre el terreno y por eso no se puede asegurar que los Homo sapiens de Cova Eirós lo obtuviesen en esa zona», añade De Lombera.