Núñez Feijoo usa la gastronomía como ejemplo de las ventajas que ofrece la producción con sello ecológico
30 may 2018 . Actualizado a las 09:42 h.La ecología puede empezar por el paladar. Si vamos a comer a un sitio y pedimos una ensalada de tomate que nos deja buen sabor de boca, es posible que volvamos a comer a ese sitio; pero para eso hace falta que los tomates tengan calidad, y su calidad está directamente relacionada con una agricultura poco amiga de grandes producciones. «A calidade é ecoloxía; a calidade é volver comer como comiamos antes». Lo dijo ayer, en Baroncelle (Abadín), el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo. La zona, por cierto, es una de las destacadas del municipio en la producción de una afamada verdura, el grelo, cuyo sabor no es ajeno a la falta de procesos industriales en su cultivo.
La intervención del presidente de la Xunta se centró en cuestiones de cifras -los 50 millones que se invertirán en el plan en un plazo de cinco años, por ejemplo-. También, con una breve alusión, reflexionó sobre si tiene sentido elegir la cantidad si la calidad ofrece otras ventajas: el precio del litro de leche ecológica se paga a los ganaderos a 50 céntimos, un 40 % más que la de producción convencional.
No hay marcha atrás
Para el titular del ejecutivo gallego, Galicia, con una materia prima de calidad y con terreno desaprovechado o poco explotado, debe de orientar la producción por una determinada senda. Dinamarca, Suiza y Suecia son modelos que deben seguirse porque conjugan un alto Producto Interior Bruto y una elevada renta con la capacidad de saber consumir productos sanos. El proceso parece irreversible: «Acabamos de empezar a descubrir unha nova forma de produción. Isto non ten marcha atrás», dijo. Y además, recalcó, «o selo de Galicia é a calidade».