Nacho Samena, el mago lucense que comenzó temiendo a la magia

Lorena García Calvo
lorena garcía calvo LUGO / LA VOZ

LUGO

El mago y músico Nacho Samena
El mago y músico Nacho Samena Cedida

El joven artista compagina su faceta como ilusionista con su pasión por la música y quiere aunarlas sobre el escenario

30 may 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Recuerda Nacho Samena que de pequeño, cuando iba junto con su familia a ver algún espectáculo de magia, se ponía a llorar. «Me daba mucho miedo. No sé por qué», reconoce. Hasta que un buen día, tras ver un espectáculo de René Lavand, su mente hizo clic y sintió un flechazo con el ilusionismo.

«Empecé a coger el kit de Magia Borrás de mi hermana y me puse a hacer trucos. Me enganché tanto que mi familia estaba harta», cuenta el lucense, que a sus 21 años ya presume de llevar más de una década generando intriga entre el público.

«Comencé a hacer magia a los seis años y a los ocho tuve mi primera actuación. Una amiga de mi madre, que es profesora y tenía un club de lectura en su instituto de Viveiro, me dijo si podía hacerles una actuación y allá me fui», cuenta Nacho. No recuerda cuál fue su primer truco ante el público, pero supone que alguno de cartas, la llamada magia de cerca. «Es esa magia que haces para muy poquita gente o incluso una persona».

En el ilusionismo Nacho encontraba un lugar especial y decidió explotarlo. A través de internet fue aprendiendo trucos y más trucos, «el problema es que a veces aprendes lo difícil sin saber hacer lo fácil». Acudió unos meses, hasta que se cerró, a la escuela del Mago Rafa, y cuando ya fue un poco más mayor decidió elevar su apuesta. «Durante los últimos cuatro años he estado yendo todos los meses a Madrid para formarme en un programa de ilusionismo. Lo acabé hace unos meses, así que ahora ya tengo el título oficial», celebra entre risas.

La música en la balanza

Esa pasión constante y creciente que ha llevado a Nacho a actuar en variedad de eventos y festivales comparte espacio en la vida del lucense con la música, su otra devoción. «Primero saqué el grado profesional de piano clásico preparándolo por libre y presentándome en Vilalba, y ahora estoy cursando el título superior de piano jazz en A Coruña».

Cuando se le pregunta cuál de las dos disciplinas es más importante en su vida, Nacho es incapaz de dar una respuesta. «Hace poco, en el Conservatorio, un profesor me dijo que tenía que centrarme en alguna de ellas, pero para mí las dos son importantísimas y no podría escoger una. Hay épocas en las que estoy muy metido en la magia y en otra más en la música». Y, de hecho, su ilusión es poder combinarlas sobre el escenario. Ya lo ha hecho en algunas ocasiones y lo ha disfrutado, así que en cuanto finalice con sus estudios musicales trabajará más sobre la materia. Mientras, seguirá actuando allá donde le reclamen, llevando la ilusión y la música por bandera.