Aunque en un primer momento la intención era que viajasen el propio sábado a la capital en tren, finalmente, por cuestiones de logística, pospusieron un día el desplazamiento. Pasaron la noche en el albergue de Castroverde, un municipio en el que numerosos vecinos se solidarizaron con ellos nada más llegar de su largo viaje.
La corriente de solidaridad que se expande por la provincia ha llevado también a la formación política Vilalba Aberta a pedir al pleno del concello que el edificio de las antiguas viviendas de maestros de la calle Cuart de Poblet se habiliten para acoger refugiados de la guerra. La portavoz de la formación, María Xosé Fernández, recuerda que hay varias vacías. En su día, Vilalba Aberta ya había propuesto lo mismo cuando fue de las guerras de Siria, Afganistán e Irák.