Los dos lucenses que viajaron a la frontera de Ucrania ya están de vuelta con nueve refugiados

Uxía Carrera Fernández
U. CARRERA LUGO / LA VOZ

LUGO

Héctor Pérez con tres ucranianas de una misma familia y un joven que viajaba solo, en el coche de vuelta a Lugo, donde se reencontrarán con sus familias de Madrid y A Coruña
Héctor Pérez con tres ucranianas de una misma familia y un joven que viajaba solo, en el coche de vuelta a Lugo, donde se reencontrarán con sus familias de Madrid y A Coruña cedida

Héctor Pérez y Paulo Ribero recorrieron 6.400 kilómetros en coche para trasladar exiliados de guerra. Pudieron rescatar a una familia de seis miembros, otra de dos y a un joven

04 mar 2022 . Actualizado a las 12:54 h.

La dureza de las imágenes de la guerra de Ucrania impulsó a los vecinos de Castroverde, Héctor Pérez y Paulo Ribeiro, a coger el coche e irse con lo puesto hasta la frontera con Polonia. El objetivo era poder traer a España a refugiados del conflicto para ponerlos a salvo. Tras dos días de viaje dos coches, llegaron a Medyka este miércoles y el jueves por la noche ya habían conseguido rescatar a nueve ucranianos, que podrán salir de la zona de conflicto y reunirse con sus familias de Madrid o A Coruña.

Héctor Pérez habla como si nada de los 6.400 kilómetros que recorrieron él y Paulo desde el lunes porque la causa por la que lo hacen le parece indiscutible. Al llegar a Medyka, donde se ubica uno de los campamentos de refugiados, solo se encontraron caos y angustia. «Aunque la atención a los ucranianos está muy bien organizada, pero ellos no saben para donde ir, dejaron todo atrás», explica. Los dos vecinos de Castroverde fueron inmediatamente hasta la zona donde llegan los autobuses para encontrar a las ocho personas que ocuparían las plazas de su coche con destino a España. «Nos encontramos una barrera enorme que es el idioma. Todos hablan o ucraniano o ruso», relata. En cuanto los refugiados bajaban de los buses, corriendo velozmente a montarse en otros que los trasladan hasta las principales ciudades cercanas.

Sin embargo, la popularización de su valiente acción social hizo que una mujer ucraniana que reside en Madrid se pusiera en contacto con ellos por si podían traer a su familia. Y así fue. Les envió la ubicación, que estaba a unos 10 kilómetros de Medyka, y Paulo y Héctor fueron a buscar a seis ucranianos que acababan de dejar su casa atrás. Se trata de una familia con una mujer de 75 años, otras dos de unos 40 y tres niños de seis o siete años. Al principio no estaban seguros de querer viajar a Madrid, pero finalmente se montaron con los dos lucenses en el coche. Una vez que pusieron a salvo a estos seis refugiados, volvieron de nuevo a la frontera porque todavía tenían dos plazas libres.  «Cuando esté el coche lleno, volveremos», aseguraba entonces.

A los seis ucranianos que rescataron primero, los trasladarán a Lugo y será ahí donde la mujer, que reside en Madrid, los recogerá. Gracias a Pérez y Ribeiro podrán reencontrarse. Aunque no tuvieran familia, en Lugo, asegura, no les faltaría acogida. «Tengo muchísimas llamadas de la gente del pueblo que quieren darles casa, comida, alimentos o lo que haga falta», asegura. Aunque la idea de estos dos vecinos de Castroverde tenían pensado volver el mismo día de su llegada a Polonia, decidieron quedarse en un hotel porque no querían regresar incompletos: «Fue complicadísimo encontrar donde dormir, está todo ocupado a unos 50 kilómetros a la redonda, pero el contacto de una hotelera nos consiguió un hueco». Pérez nunca se habría imaginado estar casi en medio de un conflicto bélico, pero está convencido de su decisión: «¿Qué pasaría si mañana nos bombardean a nosotros?».

Un joven que viaja solo se reunirá con su madre en A Coruña

Los dos vecinos de Castroverde volvieron a la frontera de Polonia con Ucrania y, de nuevo, fue gracias a familiares de ucranianos en España por lo que pudieron completar las plazas que les faltaban. Otra residente de Madrid se puso en contacto con los lucenses porque una familiar suya con un niño de cuatro años también estaban en la frontera. Les facilitaron la ubicación y pudieron recogerlos. Por último, al llevar niños, todavía podrían llenar un plaza más. Recibieron otro mensaje para recoger a un joven que viajaba solo cuya madre reside en A Coruña, así que lo fueron a buscar y completaron así los nueve sitios, que era su objetivo. Desde la noche de este jueves, los dos lucenses y los ucranianos están viajando hacia Lugo para, después de nueve días de odisea en medio de una guerra, reencontrarse con sus familias y ponerse a salvo. Prevén llegar a la provincia gallega este sábado.