Entre las baldosas de la nueva zona peatonal de Lugo se colocan separadores biodegradables de madera en los que se sembrará la hierba
15 dic 2021 . Actualizado a las 05:00 h.El pavimento de la nueva zona peatonal de A Mosqueira va cogiendo cuerpo y estos días resulta habitual ver a los viandantes observando cómo los operarios colocan el nuevo suelo. El paseo tendrá dos zonas diferenciadas. En la más próxima a la Muralla, con unos cinco metros de ancho, se alternarán surcos de pavimento con surcos de césped, dibujando así una estampa viva y diferente. La zona más próxima a las viviendas, también de unos cinco metros de ancho, llevará pavimento por el que podrá pasar el tráfico rodado autorizado, además de los peatones.
Todo el nuevo tramo tendrá baldosas de hormigón prefabricadas de 10 centímetros de espesor, pero de características diferentes. Las que van en la zona con césped son de 30x10x10 centímetros, mientras que las otras son de 60x10x10.
Para conseguir el efecto entremezclado de césped y pavimento, como si fuesen rayas, en la zona más cercana al patrimonio mundial los operarios echan mano de un sistema tan simple como efectivo. Primero se instala, perpendicularmente a la Muralla, una estrecha fila de baldosas de hormigón y a continuación una de separadores biodegradables agujereados que se cubrirán de tierra y en los que se plantará el césped. Dentro de un tiempo esos separadores, hechos de restos de madera, se pudrirán y servirán de sustrato para ese material verde. Las tiras biodegradables tienen un tamaño que oscila entre los 5, los 7,5 y los 10 centímetros. Todo el pavimento de la zona peatonalizada por el BNG emulará al granito.
Bajo la superficie de la zona próxima a la Muralla se instaló un sistema de riego para atender las necesidades de la vegetación, y todo se asienta sobre un sustrato inerte, concretamente arena, que servirá además de elemento drenante. El día de mañana ese césped no requerirá cuidados extraordinarios, sino simples cortes, como en cualquier otro punto de la ciudad.
La nueva área peatonal, una de las promesas electorales de Rubén Arroxo, integrará más vegetación. Se colocarán jardineras y se reservarán alcorques para la plantación de árboles de unos cuatro metros de alto. Además, se instalará mobiliario urbano como bancos y papeleras para convertir el espacio en una zona de descanso y desconexión frente al punto más significativo de la Muralla. El uso de la baldosa de hormigón dará coherencia y unificará el espacio, y la vegetación pondrá el resto.