Temor en vecinos de Castro: «De repente veunos o medo»

Xosé María Palacios Muruais
XOSÉ MARÍA PALACIOS CASTRO DE RIBEIRAS DE LEA / LA VOZ

LUGO

Anuncio de venta de mascarillas en una ferretería de la localidad
Anuncio de venta de mascarillas en una ferretería de la localidad ALBERTO LÓPEZ

La animación cotidiana de Castro de Ribeiras de Lea se reduce por el coronavirus

11 ago 2020 . Actualizado a las 19:59 h.

Las calles de Castro de Ribeiras de Lea estaban este martes poco animadas. Los casos de coronavirus descubiertos en un grupo de trabajadores residentes en la localidad -seis confirmados, tres más que el lunes- parecían la causa del débil ambiente, algo que se confirmaba conversando con los encargados de distintos negocios de la localidad.

«De repente veunos o medo», decía, pasado el mediodía, la encargada de una librería de la avenida da Terra Chá para explicar la poca animación. Entre libros y cuadernos, en el espacio de su negocio se ve también que las consecuencias del covid-19 afectan a todo tipo de establecimientos: el gel es ahora uno de los productos que hay a la venta, con un resultado desigual según los días.

La venta de productos de empleo recomendado en estos últimos meses -geles, guantes y mascarillas- no era ayer muy diferente de la de otros días. En la farmacia de la villa, situada también en la avenida da Terra Chá, se venden al día unas 60 o 70 mascarillas, que se distribuyen en paquetes de diez.

Clientes haciendo cola en un supermercado de la población
Clientes haciendo cola en un supermercado de la población ALBERTO LÓPEZ

Según las explicaciones de uno de las personas que atendían al público, las compras de ese producto no eran el martes por la mañana diferentes de las de otros días, cuestión de la que sí se apartaba una tienda de estética situada a unas decenas de metros. «La gente pregunta si hay guantes», afirmó la encargada. Ese interés, en cambio, no se había traducido en un aumento de las ventas. Lo que se preguntaba más bien era el precio, detalló la empleada. En ese caso, para los posibles compradores hay variedad de guantes y de precios: los paquetes de los más simples se venden a dos euros, y los de los vinilo o de látex, a diez o a once euros.

En una ferretería de la plaza Hermanos Fernández Quintana, casi frente al campo de la feria, la venta de mascarillas no solo no era una novedad, sino que el interés ya había empezado durante el confinamiento, con vecinos que llamaban por teléfono para realizar encargos. Los clientes no acuden de manera sostenida sino con oscilaciones: tanto hay unos días en que se venden unas cien como otros en los que se despachan apenas unas decenas. El día de ayer no era de los de más movimiento, lo que parecía algo relacionado con la poca animación de la calle. «É previsible», decía una de las personas encargadas.

Uno de los edificios donde hay trabajadores confinados
Uno de los edificios donde hay trabajadores confinados ALBERTO LÓPEZ

La preocupación se notaba en vecinos, conocidos unos, menos conocidos otros. «É normal que haxa medo. Confío en que se se fan as cousas ben, os resultados sexan positivos», opinaba el alcalde de Castro de Rei, Francisco Balado. «Hai que se prudentes e tomar as decisións axeitadas. Temos que pensar en positivo», explicaba el regidor. Otras personas se interesaban por la evolución de los casos de coronavirus con preguntas directas. «¿Sabéis si hay más casos?», preguntó una conductora que circulaba al lado del campo de la feria al autor de esta información y al fotógrafo.

Uso generalizado de mascarillas en la calle

Los transeúntes que se veían en calles y plazas de Castro de Ribeiras de Lea se caracterizaban por un uso prácticamente total de las mascarillas. Incluso las hay a la venta en establecimientos de hostelería, como se ve en un bar que está frente a una de las casas donde viven los trabajadores confinados. La animación en negocios hosteleros era también escasa, aunque con una tendencia que ya se arrastra desde hace semanas, según los encargados.

Confianza en celebrar el mercado semanal

El miércoles es día de mercado en Castro de Ribeiras de Lea. Eso significa que a la carballeira del campo de la feria acudirán decenas de vendedores y puestos de pulpo. Ese último detalle adquiere especial relevancia, ya que las pulperías son, durante todo el año en general y durante el verano en particular, uno de los principales reclamos de la villa. La presencia de veraneantes suele notarse en esta época del año, y el martes al mediodía se veían preparativos para uno de los puestos de pulpo.

Un operario del Concello, limpiando el entorno de la carballeira
Un operario del Concello, limpiando el entorno de la carballeira ALBERTO LÓPEZ

En principio, está previsto que se celebre el mercado semanal. Solo una evolución negativa de la situación supondría un cambio de planes, apuntó el alcalde, Francisco Balado. También había previsión de que se celebrase el habitual mercado ganadero de los miércoles. En este caso, ya se prevé más bien poca animación -así lo admitió el concejal Roberto Lorenzo-, puesto que es una época del año con poco volumen de negocio en el recinto.