Se trasladó a Lugo para completar sus estudios y lleva toda la vida dedicado a la hostelería
24 feb 2019 . Actualizado a las 05:00 h.Daniel Romay Piñeiro (Carballido-Lugo, 1954) realizó sus primeros estudios en su Carballido natal para posteriormente trasladarse a Lugo en donde estudió FP y hostelería, al tiempo que trabajaba en la que sería su profesión definitiva, la hostelería, para de este modo ayudar a pagarse los estudios y su estancia en la ciudad. Daniel Romay comenzó trabajando como camarero a los 10 años y posteriormente, como empresario, lleva 40 años aunque ahora ya va pensando en la jubilación.
Daniel es miembro directivo de la Asociación Provincial de Hostelería dentro de la cual imparte cursos de cocina y servicios. Fue miembro de los consejos reguladores de las cinco existentes aquí como catador, aunque con la que más ha trabajado ha sido con Ribeira Sacra. Asimismo es miembro de la Asociación de Sumilieres de Galicia.
Entre sus aficiones figura sobre todo el baloncesto, llegó a patrocinar incluso un equipo, Taberna Daniel, en el que también era jugador; fue miembro de la peña de seguidores del Breogán Boinas e zocas con la que incluso participó como extra en la película La vieja música. Entre sus aficiones destaca también el fútbol en general y el fútbol sala, en donde patrocinó también a dos equipos, uno de veteranos y otro jóvenes.
Practicó el atletismo, otra de sus aficiones, que quiere recuperar ahora en su práctica cuando se jubile, al igual que el ciclismo.
Daniel Romay se ha inclinado por estos tres rincones como sus favoritos: Praza do Campo, Muralla y el Paseo do Rato.
«Me encanta la Praza do Campo por su estructura de piedra, su antigüedad y con su fuente en medio, que manó hace tiempo y después de unos años sin hacerlo, retomamos la idea y ahí sigue, año tras años». Destaca también el ambiente de vinos que tiene esta plaza y sus alrededores, un lugar encantador como apunta ya que lleva trabajando en él 50 años y en donde tiene su negocio.
Recuperar el Comilonum
Otro lugar que considera imprescindible Daniel Romay es la muralla, de la que destaca lo impresionante que resulta como monumento, tal como se le reconoció al ser declarada Patrimonio de la Humanidad, petición a la que él también puso su grano de arena.
«Alrededor de la Muralla -recuerda Daniel- nació el Comilonum, aquella comida multitudinaria en la que se recordaba los comienzos del Lugo romano y de la que fui uno de los organizadores junto con Alberto García que fue quien tuvo la idea. Desde luego, fue un evento que no se debió dejar que muriese. Es cierto que celebrarlo con el Arde Lucus sería lo suyo, pero es imposible por la falta de personal para atender ambas fiestas aunque creo que se podría recuperar celebrándolo un domingo antes del
Arde Lucus, como preámbulo».
Daniel Romay se inclina también porque se cobrase por ascender al adarve de la muralla para pasear, excepto a los lucenses, y que con el dinero recaudado se mantuviese el monumento limpio, bien iluminado y cuidado.
«El paseo do Rato -apunta este hostelero- es mi tercer lugar preferido porque es un lugar excelente para hacer deporte, para pasear, descansar y además, a pocos minutos del centro de la ciudad y con una fauna espectacular, yo incluso he visto algún corzo por la zona aunque los responsables deberían preocuparse de que el río esté más limpio».
Romay espera ahora su jubilación para poner en práctica algunos de sus deportes favoritos y también, cómo no, para disfrutar de su querida Praza do Campo.