Residentes en las viviendas sociales de Fermín Rivera se quejan de la imagen que ofrecen de ellos algunos medios
11 sep 2015 . Actualizado a las 11:03 h.Un gitano panadero, otro chapista y un vendedor en mercadillo junto a un payo camarero. Son una pequeña muestra, a modo de portavoces improvisados, de los residentes en las viviendas sociales de la calle Fermín Rivera, reunidos para explicar que se llevan bien, con la misma normalidad que el conjunto de los residentes en estas casas. Y que aquí, en estas viviendas sociales, de droga, nada de nada. Por eso están enfadados con el trato que, según ellos, reciben en algunos medios de comunicación.
«¿Ve algún movimiento que diga que aquí hay droga? No, no lo ve porque no lo hay». Lo dicen José Jiménez y Ramón Filgueira y asienten los otros vecinos que están con ellos. También están molestos porque entienden que en algunos ámbitos periodísticos se quiere dar a entender que en esta parte de la ciudad se ejerce la prostitución. Como, a su criterio, tampoco es cierto que los chavales de estas familias hagan más ruido o causen más problemas con sus juegos que los de cualquier otra comunidad de vecinos.
En estos bloques de Fermín Rivera hay 42 pisos. Y los residentes tienen algunas quejas de las condiciones que ofrecen sus casas. La más extendida parece ser lo frías y húmedas que son. La Xunta -dicen- hace caso omiso de sus quejas. Aseguran que por culpa de la humedad se levantó el parqué de un piso, y la reparación corrió a cargo del seguro suscrito por la dueña. Por la humedad y el frío, los recibos se disparan debido al necesario uso de la calefacción. La queja de los vecinos se extienden a la deficiente limpieza de la calle y a la falta de contenedores. Quieren bandas rugosas en la calle para reducir el riesgo de atropellos.
por barrios a ponte