La hija de los duques fue a comulgar a la iglesia de Torés en un carro de vacas

xosé Carreira LUGO / LA VOZ

LUGO

Amplia representación de la Casa de Medinaceli en la primera comunión de Cecilia Hohenlohe

29 ago 2014 . Actualizado a las 17:00 h.

La pequeña Cecilia, hija de Pablo Von Hohenlohe y de Medina y María del Prado y Mugiro, duques de Tarifa, fue a hacer su primera comunión a la iglesia de Torés (As Nogais) en un carro de vacas. La celebración contó con la asistencia de numerosos miembros de la Casa de Medinaceli, que es la propietaria de los restos de la torre que se conserva en esta parroquia.

Cuando el padre de la niña anunció a unos vecinos de Torés que su hija haría allí la comunión, en el pueblo comprendieron que esa decisión una buena promoción. Por eso se pusieron manos a la obra para tenerlo todo a punto. Había que llevar a la niña a comulgar en un carro de vacas, pero resulta que hace años que no hay marelas dispuestas a prestarse al xugo. Echaron mano de Campanera y Morada, dos ejemplares asturianos de Manuel Gómez. Durante semanas hicieron prácticas con las esbeltas reses para que ayer el viaje de la niña discurriese sin sobresaltos. Y así fue.

El carpintero Eladio Fernández, además de prestar el carro, un vehículo con matrícula de Triacastela del año 1961, se ocupó de hacerle una especie de trono de madera para que la hija de los duques hiciese el recorrido alrededor de la iglesia. Campanera y Morada, se portaron. Tiraron del carro fachendosas. Finalmente una de ellas, ajena al relevante acontecimiento social, hizo con tranquilidad sus necesidades lo que provocó gestos expresivos, de innecesaria descripción, en la cara de alguna invitada.

La pequeña Cecilia entró en el templo con música de gaiteiros, acompañada de sus familiares. Entre ellos estaba el duque de Segorbe, conde de Ribadavia y presidente de la Fundación Ducal Casa de Medinaceli, Ignacio de Medina y Fernández de Córdoba; su esposa, la princesa imperial de Brasil, María da Gloria de Orleans y Bragança. Asistió también la duquesa de Denia, Flavia de Hohenlohe y el príncipe, Hubertus de Hohenlohe. Entre los invitados sin título nobiliario, pero con el cargo de alcalde, estuvo Jesús Núñez, regidor de As Nogais. Se sumaron miembros de la asociación de vecinos de Torés que desarrolla una destacada actividad y que fueron invitados por la familia de la pequeña. El colectivo fue el que promovió la recuperación de la torre, entre otras destacadas obras. Asimismo, participó una mujer residente en Los Ángeles que buscaba un acta de nacimiento de uno de sus antepasados.

Al iniciarse la misa, una vecina agradeció a los Medinaceli el gesto con Torés e hizo votos para que las relaciones continúan. «Teñen 12 pazos repartidos por toda España e optaron por vira a nós. É moi de agradecer», dijo uno de los vecinos. De hecho, los invitados estuvieron alojados en el Pazo de Oca (Pontevedra) y alquilaron un Alsa para desplazarse a As Nogais. La movilización del colectivo vecinal fue tal que incluso no se le escapó el detalle de hacer un obsequio a la pequeña Cecilia. Niños de Torés hicieron un libro con canciones de primera comunión para regalarle.

La celebración no acabó tras una hora de misa porque hubo procesión con el Santísimo en una custodia de 1667 y también con gaiteiros. Fue para agradecer que no lloviese. Sobre las tres de la tarde comenzó la comida en una carpa colocada en un prado al pie de la torre. La sirvió el hostelero lucense Ramiro López que ofreció una selección de productos gallegos: empanada de panceta y chorizo, también de bonito; lacón, pimientos de Mougán, tortilla, pulpo y falda ó caldeiro. A los sesenta comensales les dieron de postre milhojas de chocolate, tejas, maruxas de nata y cañas. El vino fue de la Ribeira Sacra.

Entre los invitados figuraban Ana Posada Luaces y su esposo Gerardo Pardo de Vera. Este, a los postres, realizó una intervención en la que citó a Machado, Cunqueiro, Valle Inclán, Pedro Salinas y recitó un poema de Uxío Novoneyra. Además, recordó algunos aspectos históricos relacionados con la torre como fue el hecho de la retirada de todos los bienes a Pedro de Bolaño Ribadeneyra y Balboa por ser yerno del mariscal Pardo de Cela. Pardo de Vera fue también quien hizo el desconxuro de la queimada.

Tras la misa , el duque de Segorbe, Ignacio de Medina, se interesó por el retablo de la iglesia y otros elementos de gran valor que precisan restauración.