La muerte de Elena fue una equivocación que ha destrozado muchos corazones

La Voz

LUGO

20 sep 2011 . Actualizado a las 20:57 h.

19.00 h. - Última hora.

Comienzo una nueva semana en huelga de hambre con más ilusión que en días anteriores. Sigo a la espera de una respuesta mientras los asesinos de mi hermana andan por ahí, pero confío en que el TSXG apoye mi lucha.

A mi hermana Elena, en estos momentos, debo decirle que mis ojos, desde que no está, no ven con la claridad necesaria para andar por esta vida. Puedo seguir con mi diario, pero siento que me falta un componente esencial de mi historia y todavía no sé quién me lo quitó.

Recuero aquel trágico día como el último en que sentí la alegría de tenerla cerca. No olvido su «hasta luego», ni su cariño, pero hoy me hago reproches a mi misma por no haber sabido valorarlos lo suficiente. Ahora pienso en que tendría que haber prestado toda mi atención en capturar en la memoria cada uno de sus movimientos y de sus palabras, pero, por desgracia, no lo hice.

Nunca me pudo explicar el porqué de su pérdida. Si bien es cierto que, posiblemente, esta respuesta no exista. Pienso que todo fue una mera equivocación que ha destrozado muchos corazones.

Espero que quien lea esto entienda todo lo que Elena significaba para mí. Lo dura que se me ha hecho su muerte y lo incomprensible de un suceso tan cruel. Ni ella, ni Esteban, se merecían este final.

Cada día, cuando escribo estas palabras, me siento aliviada. Creo que con ellas hago un homenaje a alguien especial que se merecía esto y más. Pero mi objetivo no es hablar de Elena. Es completar su historia.