Familias que lograron vivienda en Fermín Rivera destacan que llevan «años pidiendo una casa»
09 may 2008 . Actualizado a las 02:00 h.Finales de mayo o principios de junio. Alrededor de esa fecha prevén poder ocupar las viviendas sociales del barrio de A Ponte varias familias gitanas que en la actualidad residen en O Carqueixo y que figuran en la lista de adjudicatarios de la Consellería de Vivenda e Solo. El patriarca de uno de estos núcleos familiares, Gerardo Montoya Montoya, de 44 años, relató ayer a La Voz que lleva «seis años pidiendo un piso». Junto con su mujer Francisca y seis de sus hijos aguarda con impaciencia el traslado a su nuevo hogar.
«Llevo diez años fuera de la cárcel y no tengo nada pendiente», destacó en la chabola presidida por varias fotos de la boda de su hija mayor, la única de sus siete vástagos que no se mudará al barrio da Ponte. «Ella vive con su marido ya. Nosotros por fin tendremos un salón comedor, una cocina y varias habitaciones», declaró con orgullo el hombre, al tiempo que mostraba una ventana sin cristales, suelos rotos y paredes oscurecidas en su vivienda actual.
¿Qué opinan de las quejas de los vecinos de A Ponte? «Hay mucho racismo. Yo no soy racista, no miro la diferencia de un payo y un gitano», destacó Emilio Montoya, otro vecino del poblado gitano. En su opinión, la integración y la convivencia es posible. Y apoyó su teoría destacando que en distintas zonas de Lugo, como Sagrado Corazón o As Gándaras, residen gitanos en lo que él llamó «pisos de jornal». «Pagan un alquiler de unos 150 euros al mes y conviven sin problemas con los señores [...] Y si se parte un cristal, hay que ponerlo porque un piso hay que tenerlo bien cuidado y limpio, no es como esto».
Negocios vinculados a la chatarra
Emilio y su mujer Montse regentan un puesto de venta ambulante. Un oficio bastante diferente -indicaron- al de la mayor parte de los adjudicatarios de los pisos de Fermín Rivera, cuya actividad productiva está, al parecer, únicamente vinculada a la chatarra.
Otro de los afortunados que en breve tiene previsto abandonar las chabolas de O Carqueixo para vivir en A Ponte es Florentino Montoya, junto con su mujer y sus dos hijos. «Estoy muy contenta, habrá más limpieza y estará todo mejor», destacó ayer la mujer, mientras mostraba los espacios desvencijados de su hogar actual.