El estudiante lucense que trabaja en la sede de Microsoft en Seattle fue un «neno da Milagrosa, humilde, pero con moitas inquietudes informáticas», cuentan sus padres
03 feb 2008 . Actualizado a las 02:00 h.«De pequeno sempre dicía que quería ir a Estados Unidos a traballar cun señor ao que le chamaban Bill Gates». A veces los sueños se hacen realidad y, como explicó ayer su madre, María Montes, eso es lo que le ha pasado al lucense Ángel Prado Montes, un estudiante de Ingeniería informática que desde hace unos meses trabaja en la sede de Microsoft, en Redmond (Seattle).
Sus padres, Ángel y María, definieron ayer a su hijo como «un neno do barrio da Milagrosa, humilde, pero con moitas inquietudes no campo da informática». Y recordaron lo mucho que tuvieron que «luchar» con él cuando era adolescente. «Non vas chegar a nada porque non estudas», cuentan que le decía con frecuencia una profesora. Ángel Prado estudió en los Salesianos de Lugo, luego pasó al colegio Galén y a continuación cursó los primeros años de la carrera en Madrid, en la Universidad Pontificia de Comillas.
Desde allí dio el salto a la Universidad de Illinois para realizar un intercambio. Varias entrevistas, en las que tomaban parte miles de candidatos, lo catapultaron al departamento de seguridad informática de Microsoft. «Estamos moi orgullosos del. O éxito é un pouco de todos: da familia, dos colexios nos que estudou, pero o mérito é de Deus, que lle deu unha cabeciña privilexiada», comentó su progenitora, mientras relataba algunas anécdotas de un niño «moi bon que ten os pés na terra», y que con 7 años estuvo a punto de extraviar la tesis de su madre por andar argallando en el MAC de casa. A los 13 ganó un concurso de diseño de páginas web de Galicia Net. Dos años después programó un robot en la Campus Party de Valencia. Con 17 se hizo con el concurso Innovación Galicia Junior. Ahora, con 22, trabaja en Microsoft y espera concluir en breve sus estudios, que prosigue en la universidad del estado de Washington.
En el tractor del abuelo
¿Un recuerdo entrañable? «As vacacións da infancia que pasaba cos avós en Bande, Láncara. Encantáballe andar co tractor do avó na aldea», evocó con nostalgia María Montes, que es profesora de italiano en la facultad de Filoloxía de Santiago. Junto con el ajedrez, la lectura ha sido otra de las grandes aficiones de Ángel desde que sor Amparo le enseñó a leer con 3 años.