El kilovatio se pone por las nubes

La Voz X.M.P. | VILALBA

LUGO

Análisis | Altos costes El proyecto de un gran matadero en Castro de Ribeiras de Lea choca con el elevado coste de enganche de corriente y proyecta sombras sobre su futuro

03 may 2007 . Actualizado a las 07:00 h.

Como avionetas que hubiesen despegado del cercano aeródromo de Rozas, el precio de la corriente eléctrica para empresas de nueva construcción en el polígono de Castro de Ribeiras de Lea se ha puesto por las nubes. Y el problema no parece estar solo en ese súbito ascenso, sino que parece complicado encontrar una fórmula para que la cuestión tome tierra y quede de nuevo al alcance de los interesados. El caso de Friarte parece reflejar una situación que tiene algo de paradójica. Por un lado, Frilea, empresa que tiene un matadero en esta localidad chairega, y Artesáns gandeiros, cooperativa que a su vez agrupa a diversas ganaderías con presencia en las cuatro provincias gallegas, se unieron para emprendieron el proyecto de Friarte, centrado en el sector cárnico. Por otro, esa iniciativa, que se dedicaría a la venta de ternera gallega y que incluiría tanto sala de despiece como fileteado y comercialización, se ha encontrado con un coste de enganche del suministro eléctrico que por su carestía frena los planes de una actividad cuyo inicio estaba fijado para el mes de octubre. La consejera delegada de Friarte, Maite Lamela, manifestó ayer que Begasa había establecido en unos 2,4 millones de euros el coste del suministro. La empresa, dijo Lamela, solicitó una potencia de 1.000 kilovatios. A esa solicitud, afirmó, se le respondió con un informe que recogía la imposibilidad de atenderla con las actuales infraestructuras y con una propuesta alternativa. Convenio La solución estaría en un convenio por el cual Friarte asumiría el coste del traslado del suministro entre Begonte y el polígono de Castro de Ribeiras de Lea, con una obra que incluiría una parte de tendido aéreo y otra subterráneo. Friarte calculó una inversión de seis millones de euros, incluido el enganche de luz, para comenzar a funcionar. Lamela afirmó ayer que se pretendía empezar en otoño, aunque las circunstancias actuales podrían obligar a iniciar la actividad con un generador: la consecuencia, agregó, sería un altísimo coste de producción. Otras empresas que pretenden asentarse en el polígono están en una situación similar. Los contactos mantenidos con la Xunta apuntan a la redacción de un proyecto conjunto en el que cada empresa, dijo, pagaría en función de sus necesidades. Así, el kilovatio, aunque se traslade por líneas aéreas, quedaría más cerca de las economías a ras de suelo.