Supermercados y restaurantes darán datos sobre la calidad del capón

LUGO

ÓSCAR CELA

La demanda real de la variedad que se quiere criar todo el año, será testada en una encuesta La semipesada parece el tipo de ave idónea para nuevas formas de producción

28 sep 2005 . Actualizado a las 07:00 h.

Un estudio de mercado establecerá cuál es la demanda real de un nuevo tipo de capón. El Concello de Vilalba, con ayuda económica de la Xunta y participación de la Universidade de Santiago, inició el año pasado un estudio que analiza la posibilidad de criar una variedad de estas aves, que tendría menos peso y menos precio que el que se vende en el tradicional mercado de diciembre, y uno de los próximos pasos será averiguar si existe interés para este producto durante todo el año. El informe se realizará mediante encuestas que se efectuarán en supermercados y restaurantes de diversas ciudades de Galicia, de Madrid y de Barcelona. El técnico local de empleo, Gonzalo Hermida, explicó anteayer que el trabajo, encargado a una consultora, permitiría saber «se é posible introducir esta nova variedade» y qué precio se puede fijar. Dos son, agregó Hermida, las maneras de establecer la cantidad que paguen los compradores -teniendo en cuenta los costes de producción o atendiendo a la demanda, con lo que la carestía sería inversamente proporcional al interés de los consumidores-. En el mercado que se celebra en Vilalba en diciembre, en vísperas de Navidad, el par de capones se vende a unos 200 euros, mientras que cada unidad de las que se comercializarán con este nuevo sistema podría costar entre 20 y 30 euros. Dimensión económica Por otro lado, con el estudio se sabrá también cuál es el modelo de explotación viable para la nueva crianza: Hermida aseguró que era necesario saber qué número de ejemplares garantizaban las posibilidades de la actividad, con la que además se buscan nuevos ingresos para los agricultores. Mientras tanto, los ensayos que dese hace meses se realizan con aves de tres clases -de Mos, pesada y semipesada- dictaminan que la tercera de las citadas parece la más indicada. El veterinario Francisco Santiago manifestó que la carne de esa variedad era «más rica y más jugosa». Las distintas clases de aves, criadas en una explotación de la parroquia de Oleiros, son sacrificadas a los cinco, seis, siete y ocho meses para comprobar su evolución.