Fraga visitó ayer la reformada plaza del mosteiro de Meira, entregó las llaves de 20 viviendas en Riotorto y circuló por la nueva carretera de Lourenzá-Cruz da Cancela
28 feb 2003 . Actualizado a las 06:00 h.Ni los monjes del Císter se hubieran perdido la inauguración del entorno de adecuación del monasterio de Santa María de Meira. El presidente de la Xunta fue ayer el anfitrión en la tierra donde nace el Miño. Se quedó a comer, pero no a contemplar la iluminación de la plaza y del antiguo mercado convertido en punto de información turística y ágora cultural. Manuel Fraga, que estuvo arropado por el actual regidor y sus cinco predecesores en el cargo, recordó ayer sus intentos de cacería del lobo en este pueblo, cuya iglesia cuenta «coa mellor porta medieval de Galicia». Trece meses y 485.948 euros fueron necesarios para ejecutar la obra, una actuación solicitada por el gobierno municipal, cuyo mandatario agradeció el apoyo de Fraga para obras que se acometerán próximamente, como la limpieza y saneamiento del río, la casa de la música, la ampliación del polígono, un geriátrico y una piscina climatizada. «Seguimos a construir país», dijo Fraga, quien repetidamente recordó al regidor fallecido Federico González. La publicación en el Boletín Oficial del Estado de ayer del estudio del trazado del tren de alta velocidad que unirá Ferrol con Bilbao le sirvió a Fraga para denunciar «ós que sofren co progreso de Galicia, ós que se sinten contrariados porque a nosa comunidade conta cun plan de infraestructuras dotado con 12.459 millóns de euros».A Meira llegó el presidente tras recorrer la carretera que une Riotorto con Marco de Álvare -tantas veces reclamada su mejora por la oposición local-, y entregar las llaves de veinte viviendas sociales. El alcalde de Riotorto, López Cabodevila, acompañado por los de Mondoñedo, Lourenzá, Trabada y A Pontenova, además de otros cargos de la Administración, acompañaron al presidente en la visita a los pisos sociales. Por cada una de las 20 viviendas, de entre 82 y 90 metros cuadrados, sus propietarios pagarán entre 26.600 y 37.000 euros, que representa el 50 y 70% del coste de la obra financiada por el Instituto Galego de Vivenda e Solo. El Concello reservó cuatro para cualquier emergencia social. Ganado suelto Mejor ocasión no la tuvieron los regidores de la zona, que aprovechando que el presidente inauguraba las obras de mejora de la carretera Riotorto-Cruz da Cancela y Lourenzá-Cruz da Cancela, solicitaron a la Xunta financiación para instalar un vallado en un tramo del segundo vial a fin de evitar que el ganado invada la carretera y provoque accidentes. Fraga comparó la situación con la que se vive en A Gañidoira (Muras) y se comprometió a estudiar el problema. La carretera de Lourenzá fue abierta al tráfico tras más de dos años de obras y 4,4 millones en 12,8 kilómetros. El acto inaugural comenzó a escasos metros de San Xurxo, donde una carpa y varios delegados provinciales esperaban al presidente. Corte de cinta y carretera. Aunque las previsiones anunciaban una segunda parada para repetir el acto inaugural de la vía en lo alto de A Cruz da Cancela, no pudo ser. El viento hizo volar la carpa instalada para la ocasión. Sucedió por la noche.