









Domingo de peregrinación a las ferias de la androlla y el caldo de ósos
02 mar 2025 . Actualizado a las 21:21 h.Los derivados del cerdo son tradicionalmente el horizonte de la gastronomía del Entroido. La curación de este tipo de productos precisa de las bajas temperaturas propias de un invierno que ahora entra en su recta final. En la antesala de la primavera, el Carnaval es la mejor época para dar cuenta de una cocina que desde siempre casa bien con esa fiesta. Lo saben en las localidades lucenses de Navia de Suarna y Taboada, que eligen estas fechas para dar cuenta de dos platos singulares de su cocina. Navia celebró este domingo una concurrida edición de la Festa da Androlla, de la que se pudieron degustar gratuitamente 250 kilos. Taboada también invitó a la prueba de su típico caldo de ósos tras la lectura del pregón, que corrió a cargo de la escritora de A Pobra do Brollón Olga Novo.
La elección de la pregonera en Taboada no fue casual. La exaltación gastronómica quiso servir de homenaje este año a las mujeres que durante décadas conservaron la receta de ese caldo elaborado con el espinazo del cerdo, la llamada soá, y aliñado con un buen sofrito en el que radica buena parte de su secreto. Con motivo de la fiesta hubo diferentes actividades paralelas de carácter cultural, actuaciones musicales y un mercadillo de producto local y de proximidad.

Diferente del butelo
La androlla, embutido típico de la montaña lucense diferente del butelo, está asociada tradicionalmente a Navia de Suarna, que le dedica sede hace más de treinta años la fiesta gastronómica que coincide con el Domingo de Carnaval. En los puestos que se instalaron con ese motivo se pudieron adquirir androllas y también otros productos típicos de la zona. El día soleado, aunque con algo de nordés, propició que numerosos visitantes se acercasen Navia y Taboada.
Trescientos comensales en la fiesta de Bóveda
Los disfraces y la buena mesa se dan la mano en el municipio de Bóveda con motivo de la Gran Festa de Entroido, que tuvo lugar el pasado sábado. Vecinos de este concello y de otros puntos de la comarca participaron en una comida bajo la carpa instalada para la ocasión que reuní a 300 comensales. La mayoría acudieron disfrazados y, además de apetito, reinó el buen humor.
