DePedro: «No importa tanto el sitio en el que vayas a actuar, sino la gente con la que estés»

AINARA RODRÍGUEZ / C. C. MONFORTE / LA VOZ

SOBER

El cantante madrileño DePedro actuará en la bodega Rectoral de Amandi
El cantante madrileño DePedro actuará en la bodega Rectoral de Amandi Juan Perez-Fajardo

El artista madrileño ofrecerá un concierto acústico el día 25 en Sober

21 ago 2022 . Actualizado a las 12:00 h.

Jairo Zavala, más conocido como DePedro, es un cantante y músico español nacido en Madrid. Muchos de sus temas cuentan con millones de reproducciones y ha tenido la oportunidad de recorrer el mundo con sus giras. También ha colaborado con otras figuras clave de la música española actual, como son Leiva, Luz Casal, Izal y Vetusta Morla Su próxima parada es la Ribeira Sacra, concretamente en Sober, donde ofrecerá un concierto acústico en la bodega Rectoral de Amandi el día 25.

—¿Qué supone actuar en un escenario tan peculiar?

—Me gusta el hecho de que la música se descontextualice, que no siempre se oiga en teatros y auditorios. Basándome en la experiencia que he tenido, es de agradecer y soy consciente de lo necesario que es tener la oportunidad de actuar aquí.

—¿Qué expectativas tiene?

—Solo espero que la gente que asista se lo pase como mínimo la mitad de bien de lo que yo me lo voy a pasar.

—¿Había estado alguna vez en la Ribeira Sacra?

—Sí. Hace un año o dos, aunque sí que me gustaría venir alguna vez fuera de contexto. En esta ocasión tampoco podré visitar la zona, pero prometo vengarme con un regreso y sin tener que venir por trabajo.

—¿Cómo empezó en el mundo de la música?

—No fue ayer. No fue de un día para otro. Mi camino ha sido una sucesión de pasos muy pequeñitos y siempre intentando tener una visión consciente de lo que hacía. Nunca he tenido como meta llegar al éxito y tener reconocimiento, simplemente intento disfrutar de lo que hago. Tengo la suerte de ser feliz haciendo esto.

—¿Por qué escogió DePedro como nombre artístico?

—Este proyecto nació sin saber que estaría yo solo. Tenía claro que no lo iba a llamar con mi nombre. Al final da igual el nombre que le pongas a tu proyecto, lo que importa es lo que haces con él.

—¿Cómo definiría su estilo de música?

—No he inventado nada nuevo. Me baso mucho en el folklore no solo de nuestras fronteras, sino que también miro más allá. Hay quienes que me dicen que hago música popular, y pienso que es todo un honor.

—¿Qué artistas le suelen inspirar?

—Me inspiran muchos. Siempre digo que me encantan las lentejas, pero no comerlas todos los días. También depende del género, escucho un amplio espectro de la música y no hay un artista en el que me fije. Me gusta mucho la música clásica y el folklore. También tengo un pasado en una banda de rock.

—¿Hay alguien en especial con quien le gustaría colaborar?

—Me encantaría hacerlo con Rodrigo Amarante, que es un artista brasileño.

—Hábleme de su último álbum, Máquina de piedad. ¿Cómo surgió la idea de crear este disco?

—No tengo nunca una incondicionalidad para crear un álbum. Cuando veo que tengo una colección de canciones veo el momento de sacar un disco. Para sacar este último tardé más de cuatro años, la pandemia también lo retrasó un poco más.

—¿Cuál diría que es la idea principal que quiere trasladar a los oyentes con este álbum?

—Es un disco de experiencia consciente, una constante en mi forma de escribir. No me gusta aleccionar, solo intento y aspiro a que conecte emocionalmente con quienes me escuchan.

—De todas las giras que ha hecho, ¿cuál es la que recuerda con más cariño?

—Diría que la última que estuvimos haciendo en Suiza hace un mes. Fue una experiencia muy bonita, estuvimos en el aniversario del dueño de la sala de conciertos donde llevo tocando mucho tiempo. Compartir ese espacio con otros músicos fue muy especial.

—Si pudiese escoger actuar en cualquier parte del mundo, ¿dónde sería?

—En Japón, nunca había estado allí y es un lugar en el que se dan muchos conciertos. Aún así, pienso que no importa tanto el sitio en el que vayas a actuar, sino la gente con la que estés.