Tres cuartas partes del agua utilizada en la comarca de Lemos son para alimentar el regadío

Carlos Cortés
Carlos Cortés MONFORTE / LA VOZ

LEMOS

El canal de regadío, en el tramo que pasa al norte del casco urbano de Monforte. C.C
El canal de regadío, en el tramo que pasa al norte del casco urbano de Monforte. C.C CARLOS CORTÉS

La demanda doméstica y de las empresas en la zona es de 4,12 hectómetros cúbicos anuales, mientras que la agraria se acerca a los 12

08 nov 2021 . Actualizado a las 16:59 h.

El potencial de consumo de agua del regadío Val de Lemos es casi tres veces mayor que las necesidades de consumo doméstico, comercial e industrial de los municipios por los que pasa. El plan hidrológico que entrará en vigor antes de que termine este año asigna al regadío 11,83 hectómetros cúbicos de agua al año. El consumo anual previsto en los seis municipios con fincas regables o con terreno junto al embalse que alimenta el canal no pasa de los 4,12 hectómetros cúbicos.

Aunque ese consumo de agua par usos agrarios pueda parecer mucho, lo cierto es que es bastante menor de lo que los usuarios del regadío tenían autorizado cuando en el 2006 se legalizó su asociación. En aquel momento, la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil había asignado el desvío a los canales de esta infraestructura un máximo de 21,25 hectómetros cúbicos procedentes fundamentalmente del tramo del Mao embalsado por la presa de Vilasouto, pero también del Cabe en los ramales de riego cercanos a este río.

Los regantes habían adoptado en aquel momento el compromiso de optimizar el uso del agua para reducir progresivamente su consumo. El objetivo en aquel momento era reducir hasta los 13 hectómetros cúbicos el agua necesaria para regar. Catorce años después, ese objetivo parece no solo conseguido, sino también superado. La aplicación de controles más rigurosos en el uso del agua explica en parte esta reducción, pero no del todo. La reducción del número de fincas en riego también ha contribuido.

Las cifras del nuevo plan hidrológico elaborado por la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil para el período 2021-2027 dejan claro que a pesar del declive de la agricultura vinculada al regadío Val de Lemos, este tipo de consumo sigue precisando la mayor parte del agua en esta zona. A su lado, parecen mucho menos importantes las cifras del denominado consumo urbano, un concepto en el que los técnicos incluyen el uso doméstico, comercial, industrial, turístico y el que hacen los servicios públicos.

Menos que en la Terra Chá

La demanda de agua para uso agrario en la comarca de Lemos es bastante más reducida que la de Terra Chá. El consumo de agua estimado para esos usos en la otra zona de la provincia de Lugo que dispone de sistemas de regadío supera los 37 hectómetros cúbicos. El tercer regadío de Galicia, el de la comarca ourensana de A Limia, requiere 8,5 hectómetros cúbicos.

En cualquier caso, en el territorio que forma parte del radio de acción del regadío Val de Lemos, el 75% de este consumo urbano lo absorbe el municipio de Monforte. Esta localidad y sus parroquias tienen una demanda estimada en estos momentos de casi 3,3 hectómetros cúbicos de agua al año. De acuerdo con el nuevo plan hidrológico, el 71% del agua que necesita Monforte es para consumo doméstico, el 20% lo demanda el comercio y la industria, algo más del 6% los distintos servicios que presta el Ayuntamiento, y solo el 0,3% la actividad relacionada con el turismo.

El resto de las localidades del área de influencia del regadío Val de Lemos se mueven en cifras de consumo de agua similares. Bóveda y Sober tienen asignados 0,23 hectómetros cúbicos, Pantón y O Incio 0,22 cada uno y A Pobra do Brollón 0,12. En las comarcas vecinas, el municipio de Chantada necesita 0,67 hectómetros cúbicos para usos urbanos y el de Quiroga 0,20.

*Punto de captación mayoritario. Puede haber otros