El día que Monforte se pasó a Ourense

Luis Díaz
LUIS DÍAZ MONFORTE / LA VOZ

LEMOS

La idea partió de un concejal propietario de una tienda en la calle del Comercio, en una foto de esa época
La idea partió de un concejal propietario de una tienda en la calle del Comercio, en una foto de esa época ARCHIVO F. AIRA

La corporación acordó hace 110 años segregarse de la provincia de Lugo

19 sep 2020 . Actualizado a las 13:36 h.

La rivalidad entre Monforte y la capital de la provincia viene de lejos. El investigador local Felipe Aira no duda en asociar sus orígenes a las tensiones religiosas que se vivieron en la Edad Media, cuando los benedictinos de San Vicente desafiaban con su creciente poder al Obispado de Lugo. Sea o no ese su germen, el tira y afloja entre ambas localidades se mantuvo en tiempos recientes. Desde siempre se dijo que por afinidad geográfica Monforte tiene mayor vinculación con Ourense. Lo que muy pocos saben es que ese sentimiento se tradujo, hace ahora 110 años, en un acuerdo plenario por el que Monforte decidía pasarse a Ourense.

Bajo el titular «Monforte se une a Orense», La Voz de Galicia informaba el 18 de septiembre de 1910 de un acuerdo unánime de la corporación monfortina para «segregarse de la provincia de Lugo y unirse a la de Orense». «Al decir de las noticias de Lugo, el acuerdo no aparece fundado en algo ostensible que lo determine; y de ahí la extrañeza de los periódicos lucenses que estiman la decisión como un agravio», señala el cronista.

La hemeroteca no recoge noticias, al menos en los años previos más inmediatos, que justifican una decisión de ese calado. La noticia publicada en La Voz sugiere que el acuerdo, a la postre testimonial, tenía que ver con determinadas prácticas electorales que sufría entonces la provincia de Lugo. «Aunque de ello no se habla, sospechamos que ese acuerdo del Ayuntamiento monfortino tiene su base única en las últimas elecciones a diputados a Cortes», apunta el cronista.

Felipe Aira realizó en los últimos años un repaso exhaustivo del archivo municipal de Monforte. No guarda copia de ese acuerdo plenario, pero conserva algunas anotaciones relacionadas con su adopción. Entre las actas de las sesiones de la época no abundan las pistas sobre los motivos que llevaron a votar la segregación. «Hubo conflictos importantes con Lugo, pero posteriores. En los años veinte del pasado siglo, desde la capital de la provincia boicotearon el campo de aviación de Monforte. Lo mismo pasó en 1950 cuando estaba previsto que Frigsa se instalase aquí», explica Aira.

Partidos que acababan a palos

«Sabía de esta cuestión por tradición oral, pero nunca leí nada sobre el particular», dice Julio González Puente, que se incorporó como secretario del Ayuntamiento de Monforte en 1973 y ocupó esa responsabilidad durante 35 años seguidos. En ese período, vivió la rivalidad futbolística entre Lemos y Lugo cuando ambos equipos militaban en la tercera división del campeonato. «En aquellos partidos hasta había palos», rememora.

El fallido acuerdo de integración de Monforte en la provincia de Ourense no habría sido fácil de llevar a la práctica. «Hablamos de una legislación muy anterior que no llegué a estudiar, pero entiendo que sería un camino largo y complejo. Habría que dar audiencia previa a las dos diputaciones, y posiblemente fuese preceptivo un informe del Consejo de Estado antes de que pudiese pronunciarse el Consejo de Ministros. Imagino que fue por ello por lo que no tuvo más camino», opina este antiguo funcionario municipal.

Para contextualizar el intento de segregación, el que fuera secretario echa mano de una cita de Ortega y Gasset. «Existe una frase muy orteguiana que resume lo que significó en muchos casos la división provincial, que creo recordar definía como ‘un torpe tatuaje inferido a la piel de toro’», explica. A su juicio, la recuperación de la Ribeira Sacra como territorio interprovincial enmienda en parte aquella división artificiosa. «Monforte tiende a Ourense, por distancia y cultivos», afirma González Puente.

Conservadores, liberales y republicanos, de acuerdo con la separación

En el momento en que se adoptó el acuerdo de segregación de la provincia de Lugo el alcalde de Monforte era el médico Evaristo Rodríguez. Pero la sesión municipal que aprobó la propuesta, celebrada el 14 de septiembre de 1910, no estuvo presidida por el regidor, sino por el primer teniente de alcalde, Manuel Yáñez. Según el investigador Felipe Aira, la propuesta partió del concejal Emiliano Pérez, propietario de una tienda en la calle del Comercio y personaje muy popular en Monforte, que sería elegido alcalde años después.

«Era una persona apreciada por todo el mundo, que posiblemente fuese el perfil que se buscase para poner de acuerdo, como sucedió en aquel pleno, a conservadores, liberales y republicanos», apunta Aira.

La iniciativa, que quedaría en un brindis al sol, emplazaba a las corporaciones del partido judicial a respaldar la segregación solicitada por Monforte. Años después, el escritor Wenceslao Fernández Flórez dedicó un artículo a este curioso episodio en el que reflexionaba sobre el «separatismo» de los monfortinos, cuyo origen consideraba «un verdadero misterio».

Una atmósfera de disgusto por los «pucherazos» de políticos lucenses

El acuerdo plenario de septiembre de 1910 por el que Monforte pretendía segregarse de Lugo se produjo en el contexto de unas elecciones generales marcadas por la polémica. La prensa de la época hablaba de «pucherazos» y de episodios «sin precedentes en la provincia» en los distritos de Chantada, Becerreá y Monforte. En este último, no se descartaban «sorpresas» en el escrutinio final al ser la lucha «entre los propios conservadores».

Lugo fue una de las últimas provincias españolas en la que se dieron a conocer entonces los diputados en Cortes. En una noticia publicada el 14 de mayo de 1910, La Voz de Galicia da cuenta de una de las reuniones celebradas por la Junta Provincial del Censo para tratar de deshacer el entuerto, que según relata la crónica «comenzó con escándalo y terminó con voto de censura».

La corporación monfortina da meses después el paso de pedir la integración en la provincia de Ourense «en una atmósfera de disgusto contra determinados políticos lucenses». «Acaso quieran evitar nuevas luchas intestinas uniéndose a una provincia más tranquila en la que la política no está tan enconada», relata la noticia sobre aquel acuerdo. Según detalla, en los periódicos de Lugo preferían tildarlo de «broma» y se negaban a darle entidad por el «agravio» que suponía para esa provincia.

Guillermo de Osma y Scull, ministro de Hacienda durante el reinado de Alfonso XII en dos ocasiones, la última entre enero de 1907 y febrero de 1908, repetiría como diputado por el distrito de Monforte en las elecciones de 1910. De Osma representó al Partido Conservador en las Cortes de forma ininterrumpida entre 1891 y 1919. El folleto anticaciquil Monforte y su látigo, publicado en 1901, pone en su boca estas palabras: «He de representar a Monforte veinte años seguidos, lo quieran o no sus electores».

De Osma, al que sus detractores achacaban todo tipo de irregularidades, fue el impulsor del desaparecido puente de hierro de Monforte y la actual avenida de Galicia llevó su nombre antes de ser rebautizada como del Generalísimo. Destacado coleccionista de arte, pronto reparó en el valor del cuadro de Van der Goes que se exponía en el Colegio del Cardenal y que sería adquirido por el Gobierno alemán en 1913. Antes de la venta por parte de los religiosos, medió para que la obra de arte pasase al Palacio de Lira, residencia de la Casa de Alba.