«Pódema bendicir? Vai a Nova York»

Carlos Cortés
Carlos Cortés CHANTADA / LA VOZ

LEMOS

El coronavirus resta afluencia a la romería de O Faro, pero no fervor religioso

16 ago 2020 . Actualizado a las 12:46 h.

Nadie contaba con una multitud como la de siempre, pero incluso las previsiones más conservadoras pecaron de optimistas. El monte Faro celebró su romería del 15 de agosto en el 2020 de la epidemia, pero con medidas drásticas para evitar aglomeraciones y mucha menos gente de la habitual. Los responsables de la parroquia calculan que la afluencia fue solo un tercio de la normal. Eso sí, el espíritu de esta celebración popular y religiosa sale intacto de su edición más comprometida. Mantener la convocatoria pese al coronavirus sirvió, por ejemplo, para que una emigrante en Nueva York cumpliese con su promesa de agradecer a la Virxe do Faro su curación de un cáncer.

María del Mar Piñeiro Beiro esperó hasta que terminó la última misa de la mañana para acercarse a Xabier Díaz, el cura de la parroquia. «Pódeme bendicir esta tarxeta da Virxe? Vai viaxar a Nova York». María del Mar Piñeiro nació en Lalín hace 52 años, pero a los 12 emigró con sus padres a Estados Unidos. Trabaja en Nueva York como gerente de oficina, pero sigue teniendo casa en Lalín y todos los veranos vuelve a Galicia, aunque solo sea por unos días. Este año llegó a pensar que no podría, pero pudo. «Arrisquei -contaba esta mañana en la cumbre del monte Faro- e aquí estou».

Se arriesgó y vino

Porque ella cree que si algún verano tenía que venir y subir a la ermita de O Faro era este. Hace un par de años le diagnosticaron un cáncer y se encomendó a la Virgen del Faro. Ahora está curada, así que le tocaba aprovechar la romería del 15 de agosto para agradecerlo. María del Mar Piñeiro pudo cumplir su promesa gracias a que la parroquia chantadina de Requeixo, en la que se encuentra la ermita, decidió que habría fiesta. Pero el día 15 llegó tras semanas de nuevos brotes de covid-19 y entre la sensación general de que la epidemia puede descontrolarse de nuevo, y eso probablemente disuadió a muchos.

El programa de la convocatoria se mantuvo prácticamente como siempre. Se celebraron cinco misas, una a cada hora en punto y a partir de las nueve de la mañana. Lo único que se suprimió fue la procesión que se celebra habitualmente después de la misa solemne, la de las doce, que suele ser la más concurrida. Además, vecinos de la parroquia se organizaron para vigilar que en el interior de la ermita no hubiese nunca más de treinta personas y que los fieles mantuviesen las distancias. Para entrar era preciso lavarse las manos con gel hidroalcohólico y respetar el circuito de entrada y salida señalización con pegatinas en el suelo. Las misas se oficiaron en el lugar de siempre, junto al altar al aire libre situado a cincuenta metros de la ermita, pero los feligreses no estaban de pie, sino sentados en sillas separadas entre sí.

El párroco Xabier Díaz llenó su homilía de referencias a la situación provocada por el coronavirus. Recordó que «marabillosa era a vida normal, a de todos os días» y en el habitual agradecimiento por los productos del campo como símbolo de sustento básico incluyó esta vez una mascarilla y la levantó ante los fieles.

Así estaba la cumbre del monte Faro en la romería del 8 de septiembre del año pasado, con los fieles de pie y sin distancias
Así estaba la cumbre del monte Faro en la romería del 8 de septiembre del año pasado, con los fieles de pie y sin distancias ROI FERNÁNDEZ

El monte Faro

Dos romerías al año. El monte Faro se eleva a algo más de 1.100 metros de altura cerca del centro de Galicia. Situada en el municipio de Chantada, pero junto al límite con Rodeiro y la comarca de O Deza, su cumbre se llena dos veces al año, en las romerías del 15 de agosto y el 8 de septiembre. La parroquia de Requeixo espera poder celebrar también la romería del próximo día 8. Lo que tienen previsto para ese día los vecinos y el párroco es mantener la programación habitual, pero sin la tradicional procesión de subida de la imagen de la Virgen desde la iglesia parroquial de Requeixo hasta el santuario de la cima. En la fotografía de abajo, un momento de la misa del año pasado, con los fieles de pie y sin distancia