Patrimonio confirma el valor de la pieza, conservada en el cementerio parroquial
09 ene 2020 . Actualizado a las 17:54 h.La piedra labrada descubierta recientemente en el cementerio de la parroquia chantadina de Camporramiro tiene todo el aspecto de ser una lápida o estela funeraria de la época romana. Así lo cree Gonzalo Meijide, arqueólogo de la Dirección Xeral do Patrimonio Cultural, que ayer se desplazó a esta localidad para examinar directamente la pieza. «Hai que estudala mellor, pero na miña opinión é un achado de moito valor e de moito interese», comenta.
La pieza será ahora incluida en el inventario de patrimonio histórico y arqueológico de la provincia, pero Meijide considera que además de proceder a su catalogación sería conveniente examinarla con más detenimiento y en mejores condiciones que las que ofrece su ubicación actual. La piedra -que fue descubierta por Roi Fernández, fotógrafo de La Voz- se encuentra sirviendo como dintel de la puerta de una pequeña construcción situada en una esquina del cementerio parroquial que en tiempos sirvió para realizar las autopsias y que ahora se usa para guardar algunos aperos de jardinería. Las figuras grabadas en la pieza se hallan en el lado interior del dintel y la caseta carece de iluminación, por lo que resulta difícil examinarlas con precisión.
Parcialmente tapado
Por otro lado, el arqueólogo señala que la jamba de la puerta tapa parcialmente el relieve y no permite verlo en su totalidad. Lo que se puede apreciar es una representación muy esquemática de un rostro humano, unas manos talladas con más detalle y otro elemento que parece ser una pieza de vestimenta. «Parece que por enriba da cabeza hai gravada algunha cousa máis, pero nas condicións actuais non se pode ver ben», explica. «Parécese a outras estelas funerarias dos últimos tempos do imperio romano, pero ten uns trazos moi peculiares, como as figuras das mans, que merecen un estudo detallado», agrega.
Meijide señala por otro lado que desde su departamento se intentará hacer lo posible por estudiar mejor la pieza y por garantizar su conservación. «Non poido dicir aínda se haberá que retirar a pedra do sitio onde se encontra, pero é evidente que tal como está agora non presenta as mellores condicións para o seu estudo nin para a súa conservación», indica.
En el lado opuesto del bloque de piedra -que puede verse en el exterior del edificio- no hay ninguna figura labrada. Lo que hay en esta cara son cuatro agujeros practicados en tiempos relativamente recientes para meter los clavos que sostenían un letrero de madera que estuvo colgado hasta hace unos treinta años sobre la puerta de esta construcción. Los vecinos de Camporramiro recuerdan que el letrero rezaba: «Aquí acaban los placeres y los gustos y empieza la carrera de los justos».
La piedra podría ser retirada de su ubicación actual para garantizar su conservación
Otra obra similar fue descubierta en Chantada en el 2014
La estela fúnebre descubierta en Camporramiro, según indica Gonzalo Meijide, es un tipo de pieza arqueológica del que hay muy pocas muestras en Galicia. Estos relieves corresponden a la etapa final del período romano y presentan unos rasgos propios de un sencillo arte popular, muy alejado del refinamiento de la escultura clásica. Entre las escasas lápidas de esta clase que se conocen figura otra pieza que fue descubierta en el 2014 en otra localidad del municipio de Chantada. Se trata del lugar de Andemil, perteneciente a la parroquia de Vilaúxe. En este relieve también puede verse una representación muy sumaria de un rostro humano.
La estela de Andemil formó parte del muro de cierre de una finca particular y fue descubierta por la familia propietaria del terreno. Tras ser examinada y catalogada por los técnicos de la Dirección Xeral do Patrimonio Cultural, la pieza fue depositada en el museo del castro de Viladonga a finales del mencionado año.
Otra pieza similar a la estela de Andemil -procedente de la localidad de Tines, en el municipio de Vimianzo- está guardada desde hace mucho tiempo en el museo arqueológico de A Coruña. Esta lápida, además de la representación de una cara humana, contiene una inscripción en latín que permitió a los investigadores deducir la época en que se fabricó. Según los arqueólogos, este relieve data de la segunda mitad del siglo IV y está probablemente relacionado con las comunidades cristianas que existieron en Galicia en ese período. A juicio de Meijide, es posible que las estelas descubiertas en Chantada tengan un origen parecido.