El soberino vive por y para el fútbol. Nunca deja nada al azar, y sigue el mismo patrón que los técnicos de la élite. Recorre 600 kilómetros a la semana para acudir a los entrenamientos -actualmente reside en Sevilla- y admite que está en el mejor momento de su carrera. «En La Palma me siento como en casa. La afición me trata muy bien, y el grupo humano de futbolistas que tengo es maravilloso. Están muy comprometidos con el proyecto», asegura.
Sobre la posibilidad de entrenar algún día en Segunda A o en Primera, Rodríguez es claro: «Eso es imposible, porque el fútbol profesional está plagado de exfutbolistas. Considero que la Segunda B y la Tercera son el tope, y el que piense llegar más arriba está equivocado», comenta.