Ibarra emuló al héroe Filípides

LUIS CONDE MONFORTE / LA VOZ

LEMOS

CEDIDA

Atletismo El corredor chantadino fue decimotercero en la Authentic Phidipides Run, carrera que se disputó en Grecia y en la que empleó 94 horas

19 nov 2019 . Actualizado a las 20:47 h.

El atleta chantadino Fernando Ibarra emuló al héroe griego Filípides y cubrió la carrera de 490 kilómetros Atenas-Esparta-Atenas. El deportista local no solo cumplió su principal objetivo, que no era otro que acabar la prueba, sino que además cruzó la línea de meta en el puesto número trece. Y lo curioso es que lo hizo sin enterarse. «A falta de 300 metros entroume un ataque de sono e nin me enterei no intre no que entrei na meta», señala Ibarra, que atravesó esta línea a las seis de la madrugada.

Además de cumplir estos objetivos también superó otro de sus principales retos: bajar de las 100 horas. Lo hizo, ya que empleó 94 horas. «Estou ledo por isto, porque cando decidín competir aquí unha das metas que traía era manterme debaixo das 100 horas», añade.

A pesar del éxito que consiguió, Ibarra no se considera un héroe. «Estou contento, porque vivín unha experiencia única. Eu viñen a Grecia sen ningunha presión, e o que buscaba era un desafío novo, que é o que marca a miña carreira atlética. Como rematei a carreira doume por satisfeito», asegura el atleta chantadino.

Una carrera dura

A pesar de que está acostumbrado a correr carreras importantes y con bastantes dificultades, Fernando Ibarra reconoce que esta fue la más complicada. «Aínda teño que asimilar o que fixen, pero podo asegurar que esta foi unha carreira salaxamente dura. No apartado físico fíxoseme longuísima e a altimetría tamén resultou complicada. Salvo as probas que se fan nos Pirineos ou nos Alpes, teño que dicir que non hai unha carreira tan dura como esta», dice el deportista chantadino.

Ibarra reconoce que en los tiempos de paso se agobió en algún momento. «Eu quería coller un colchón para non ter dificultades e poder caer eliminado », comenta.

A la pregunta de si tuvo tiempo para pararse a comer, Ibarra es claro. «Non fixen ningunha comida principal, e esa era unha estratexia. Cada 5 kilómetros había unha estación para picotear e para beber, e o que fixen foi inxerir cada dúas horas geles, barritas e froita. Fíxeno por obriga», afirma.

Apenas durmió en estos cuatro días. «Deiteime cada certos kilómetros unha hora, pero non din dormido. O ataque de sono pegoume a 300 metros de entrar na meta», señala.

Esta fue una experiencia más para un Fernando Ibarra, que es todo un especialista en afrontar este tipo de retos. Este no ha sido el último, ya que le esperan más y muy interesantes. El atleta chantadino emprende hoy a las tres de la tarde viaje de regreso a España. Se espera su llegada a la capital del Asma sobre las diez de la noche.

El domingo será uno más en la organización del Trail Desafío Vía Romana.