«Plantar tempranillo es una forma de igualar los vinos»

Luis Díaz
LUIS DÍAZ MONFORTE / LA VOZ

LEMOS

CEDIDA

El enólogo sarriano formó parte del equipo que fue tercero en el campeonato mundial de cata que se disputó en Champaña

09 nov 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

Alfonso Torrente (Sarria, 1979) tiene, lo que se dice, una nariz de oro. Junto a su socio Roberto Santana, ganó hace un par de años el prestigioso concurso de cata por parejas de Vila Viniteca. Ambos también formaron parte del equipo español que quedó en tercer lugar en el campeonato del mundo de cata, celebrado el pasado mes de octubre en la región francesa de Champaña. Estudió ingeniería técnica agrícola, en Ourense, y enología en Alicante. Allí conoció a sus compañeros del proyecto Envínate, con los que elabora varios vinos en la Ribera Sacra.

-¿Por qué Envínate?

-En Alicante coincidimos un grupo que compartía una misma idea de viticultura y un gusto similar por el vino. Eso nos animó a trabajar juntos.

-¿Se puede definir su ideario?

Respeto a la viticultura, a los suelos. Nada de herbicidas ni productos de síntesis. Si la uva llega en buenas condiciones a la bodega, se puede trabajar con la mínima intervención.

-¿Así de fácil?

-Sí [Risas]. Lo difícil es aunar todo.

-¿Hasta dónde influye el suelo?

-Es lo que hace que el vino tenga personalidad propia. La elaboración debe tener en cuenta el suelo y la añada. Luego está la personalidad del viticultor

-¿En cuántos sitios diferentes trabaja Envínate?

-Ribeira Sacra, Tenerife, Almansa, Extremadura y Burgos.

-¿Se pueden atender tantos viñedos con una filosofía poco intervencionista?

-Al ser cinco socios, sí. A base de movernos mucho y visitar los sitios.

-¿Qué les animó a elaborar en Ribeira Sacra?

-Conocía bien la zona. Nos pareció desde el principio el sitio perfecto por los tipos de suelo, la orografía y las variedades.

-¿Ven potencial para crecer?

-Se está empezando a aprovechar. Pero no nos podemos dormir, queda mucho por avanzar.

-¿Qué falta?

-Un poco más de trabajo en viticultura. Dejar muchos productos que se usan. Hay gente que ya lo está haciendo, pero debería sumarse otra.

-Hablamos de una viticultura más costosa. ¿También de vinos necesariamente caros?

-Si buscas un vino de calidad también puedes dar un salto cuantitativo en los precios. Hay vinos en Ribeira Sacra con márgenes que permiten practicar una viticultura exigente.

-¿Algo que no le guste en Ribeira Sacra?

-Fue un error autorizar el tempranillo. En Galicia, y en Ribeira Sacra en particular, hay una diversidad vitícola suficiente para no tener que recurrir a variedades implantadas en otras zonas. Es una forma de igualar los vinos. Nosotros tenemos que diversificar, diferenciarnos con nuestra riqueza varietal.

-¿Qué cataron en Francia?

-Vinos de todo el mundo. Nueva Zelanda, Chile, Australia, Portugal, España, Sudáfrica?

-¿Cómo se pueden descubrir vinos y hasta marcas a ciegas?

-Descorchamos muchas botellas a lo largo del año, y uno va afinando en los recuerdos. Las marcas que eligen para esos concursos definen bien su procedencia, si no sería imposible acertar.

-El catador, ¿nace o se hace?

-La cata requiere un aprendizaje. Hay gente que tiene más condiciones que otra, pero hace falta un entrenamiento de muchos años para aprender.

-¿No hay mucha literatura?

-Para un público que simplemente consume vino puede que sí. Pero al final los vinos expresan perfile propios de una zona, un suelo, una variedad.

-¿Un vino inconfundible incluso a ciegas?

-Château Rayas.

-¿El más difícil de descubrir?

-Los vinos tecnológicos del nuevo mundo. Son más iguales entre sí.

-Uno para disfrutar sin más.

-Borgoña y también Jura. Nos dan muchas satisfacciones.

ALFONSO TORRENTE ENÓLOGO