¿Le gustaría hacer de cabezudo en las fiestas de Monforte? Si la respuesta es sí, esta es su oportunidad. El Ayuntamiento busca voluntarios que quieran meterse en la piel (o más propiamente, bajo la cabeza) de la Bruja, los hermanos Marx, el Diablo o cualquier otro de los personajes que llevan décadas dando sustos a los niños monfortinos. El trabajo es temporal, porque durará lo que duren las fiestas de agosto y está remunerado pero no tiene contrato, porque el pago se hace a modo de propina. Nunca hasta ahora había sido necesario recurrir a un anuncio público para buscar cabezudos, porque siempre había habido personal de sobra para atenderlos. Pero este año es distinto porque hace unos meses falleció J ulio Sánchez , toda una institución en las fiestas de Monforte. Julio, conocido por el mote de Miliki, llevaba mucho tiempo haciendo de cabezudo, preferentemente con el disfraz de la bruja. Pero no solo eso, también se encargaba de reclutar todos los años a los chavales que se ponían el resto de los disfraces. Al faltar él, el resto de los voluntarios habituales no se han presentado, así que el Ayuntamiento se ha visto obligado a buscarles relevo. Quien esté interesado ha de saber que tiene que dejar sus datos personales en la Casa da Cultura. El único requisito es tener como mínimo 15 años.
Cuando los disfraces de los cabezudos de Monforte descansen en el almacén, les tocará el turno a los de Chantada, porque las fiestas de este municipio estrenaron esta atracción el año pasado. Pero mientras tanto, en Chantada tienen otras alternativas para sobrellevar los rigores del verano. La Casa da Xuventude y el proyecto Concellos Saudables colaboran en unos talleres de juegos populares en la calle, que se celebran dos veces por semana, los lunes en el antiguo campo de la feria y los miércoles en las piscinas públicas. Así que ayer tocó sesión de chave, bolos, zancos, aros y virollas al lado del agua con la monitora Cristina Ouro Gómez .
La feria de época Outrora tuvo un buen final de fiesta el martes en Rubián. Los organizadores habían preparado una malla tradicional para despedir la jornada, y la exhibición fue presenciada por cientos de personas. Y muchos no quisieron quedarse como simples espectadores, sino que acudieron pertrechados como debe ser para participar activamente. Como el alcalde de Bóveda, José Manuel Arias, que se lo pasó en grande mallando como el que más. En la foto de aquí arriba podemos verlo refrescándose con un porrón de cerveza y vestido de sombrero y pañuelo al cuello para evitar que los restos de paja se le cuelen por la camisa.