BIOGRAFÍA | Un jesuita, gallego de adopción, que brilló en la biología y la meteorología

La Voz

LEMOS

20 mar 2006 . Actualizado a las 06:00 h.

?unque algunos lo suponen gallego de origen, Baltasar Merino nació en la localidad burgalesa de Lerma, en 1845. La botánica, en la que tanto destacó, fue una vocación más bien tardía en su vida. Tras realizar el noviciado en la Compañía de Jesús, ejerció la docencia en La Habana y se ordenó sacerdote en Estados Unidos. Pasó también temporadas en Francia y en Puerto Rico, donde enseñó matemáticas e inglés. A los 37 años se incorporó al colegio jesuita de A Guarda y se hizo cargo de su observatorio meteorológico, uno de los primeros que hubo en Galicia, en el que realizó importantes investigaciones. El interés por la meteorología le llevó a la botánica, en la que se inició con la ayuda del científico ferrolano Víctor López Seoane, otro pionero de la biología gallega, quien intercambió correspondencia con Charles Darwin. A partir de ahí se aplicó con gran intensidad y rigor a investigar la flora gallega, descubriendo e inventariando centenares de especies no catalogadas hasta entonces. Realizó numerosas excursiones por toda Galicia, llegando a lugares recónditos en los que no se había efectuado antes ninguna observación científica. Sus primeros trabajos botánicos se publicaron en 1895 y 1897. Más tarde aparecerían otras obras suyas, entre las que destaca la gran Flora descriptiva e ilustrada de Galicia , aparecida entre 1905 y 1913. Dos años antes de su muerte -falleció en 1917, en Vigo- fue nombrado presidente honorario de la Academia Internacional de Geografía Botánica, con sede en Francia.