Alerta sanitaria en la Unión Europea: el bisfenol A, presente en los envases de alimentos, es más peligroso de lo que se creía
EL BOTIQUÍN
La ingesta diaria tolerable establecida se actualiza y es ahora 20.000 veces inferior a la que se consideraba segura hasta ahora
21 abr 2023 . Actualizado a las 18:50 h.La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) ha publicado una nueva evaluación sobre el efecto de consumir bisfenol A (también conocido como BPA) sobre la salud, en el que ha determinado que su ingesta puede tener consecuencias en nuestro sistema inmunitario. Esta sustancia química, presente en muchos envases de alimentos como por ejemplo en las latas, ya había levantado sospechas en el pasado.
Para la reevaluación se examinaron más de 800 nuevos estudios publicados desde enero del 2013. El doctor Claude Lambré, presidente de la Comisión Técnica de Materiales en Contacto con Alimentos, Enzimas y Auxiliares Tecnológicos de la EFSA, explicó que se observó «un incremento porcentual de un tipo de glóbulo blanco, denominado T-helper, en el bazo». Estos desempeñan un papel esencial en los mecanismos inmunitarios celulares y «un incremento de este tipo podría dar lugar al desarrollo de inflamación pulmonar alérgica y trastornos autoinmunes», precisa el experto.
No solo esto, sino que la comisión encargada del estudio, también tuvo en cuenta otros efectos potencialmente nocivos en los sistemas reproductivo, de desarrollo y metabólico, los cuales se detectaron en la evaluación de riesgo.
¿Qué es el bisfenol A?
Tal y como explican desde la EFSA, el bisfenol A es una sustancia química empleada en la producción de plásticos y resinas. Si bien las personas no lo consumen directamente, este puede migrar desde los envases alimenticios y de bebidas a los alimentos, y de ahí al organismo. Ante el riesgo, las autoridades competentes hacen revisiones asiduas de su seguridad.
¿Dónde está presente?
La sustancia suele estar presente en utensilios como botellas, platos, tazas, resinas utilizadas para crear los revestimientos protectores en recipientes de alimentos y bebidas, así como en las tintas que se emplean en los tiques de la compra.
¿Qué se sabía sobre esta sustancia?
El bisfenol A ha estado bajo sospecha desde hace años. En el 2011 se prohibió su uso en la fabricación de biberones. Posteriormente, en el 2018, el Parlamento Europeo impuso la prohibición de la presencia de esta sustancia en botellas de plástico y envases que contengan alimentos para bebés y niños menores de tres años de edad.
Ya en el 2022, la nueva ley de residuos española extendía la prohibición de uso de esta sustancia (al igual que los ftalatos, que también son disruptores) a todos los envases de plástico.
¿Qué ha cambiado ahora?
La EFSA ha realizado una nueva evaluación de los posibles riesgos y efectos de este compuesto. Tras valorar los datos de exposición al BPA en alimentos y los potenciales efectos que puede tener esta sustancia en la población, la autoridad europea llega a la conclusión de que este compuesto supone un problema de salud para los consumidores de todos los rangos de edad, quedando demostrados sus efectos negativos.
Así, la ingesta diaria tolerable (IDT) de bisfenol A, es decir, la cantidad que puede ingerirse diariamente a lo largo de toda la vida sin presentar un riesgo apreciable para la salud, también se ha ido reduciendo con las nuevas investigaciones. Es decir, si en la evaluación anterior establecieron un máximo de 4 microgramos por kilogramo de peso al día, en esta fijan el máximo recomendable en 0,2 nanogramos, una cantidad 20.000 veces menor.
En consecuencia, la autoridad europea concluye que las personas de todos los grupos de edad con una exposición media y elevada al BPA superaban los límites admisibles.
¿Hay motivos para preocuparse?
Tal como se ha mencionado antes, en España, la utilización de bisfenol A en la fabricación de envases está prohibida desde enero de 2023, cuando entró en vigor la ley de envases. El problema recae en que no es así en otros países de la Unión Europea. Por eso, diferentes organismos consideran que tendría que crearse una normativa europea común.
En España, la OCU, insiste en la urgencia de que se prohíba el uso de bisfenol A a nivel europeo e insta a que se realicen controles para comprobar la ausencia de este contaminante en los productos que ya están en el mercado.