Errores y aciertos a la hora de ayudar con las tareas escolares
25 oct 2017 . Actualizado a las 05:00 h.«¿A ti te parece normal que la niña, después de pasarse todo el día en el cole, llegue a casa agotada y tenga que sentarse a hacer fichas de Matemáticas? Si es que no tienen tiempo para jugar», se lamenta Alicia con su amiga Berta a la puerta del centro escolar. «¡Uy!, pues eso no es nada, que estos pequeños aún están en 4.º de primaria. Verás cuando entren en la ESO. Acuérdate de que el mío mayor tuvo que dejar de hacer teatro, aunque le encantaba y era muy bueno, porque le quitaba demasiado tiempo para estudiar». Alicia insiste: «Pues yo creo que las cosas deberían ser de otra forma. Este sistema educativo está desfasado, ¿no crees? Las tareas que traen a casa son repetitivas, tediosas y excesivas. Así acaban odiando los estudios. Nos pasamos el pasado domingo haciendo deberes en vez de irnos de excursión, un rollazo… Además, sinceramente, hay cosas que no sé explicarle bien: creo que al final lo mejor va a ser que le pague una pasantía», dice con voz resignada.
Conversaciones de este tipo son el pan nuestro de cada día en los alrededores de los centros educativos… y también en algunos grupos de WhatsApp, en los que madres y padres al borde de la desesperación piden ideas para hacer frente al martirio que les suponen los deberes.
Que las cosas podrían ser de otra forma, está muy claro. Pero, mientras no haya una modificación real de nuestro sistema educativo, antes o después las familias se ven en la tesitura de apoyar y guiar a sus hijos para lidiar con este tema. Revisamos lo que sí y lo que no se debe hacer.
Errores...
?Acostumbrar a los hijos a hacer los deberes en compañía de un adulto (padre, madre o profesor particular). El mensaje que se les transmite es: «Tú solo no puedes» o «Ya me encargo yo».
?«Traducirles» lo que le piden en cada ejercicio, darles la respuesta o impedirles que se esfuercen para encontrar la solución.
?«¿Lo estoy haciendo bien?» o «¿Lo he hecho bien?» son las típicas preguntas de inseguridad que puede hacer un niño pequeño. Pero estar confirmando constantemente que está haciendo lo correcto es una forma de impedirle ser autónomo.
? Permitir que se ponga con los deberes en cualquier sitio (su cama, la mesa de la cocina, el salón...), a cualquier hora y con distracciones constantes (teléfono móvil, televisión, ordenador...).
?Protestar delante del niño por el exceso de deberes o por lo injusto que es tal o cual profesor al mandar para casa unas tareas tan complejas.
?Hacerles los ejercicios de Matemáticas o las láminas de Tecnología nosotros mismos por acabar antes.
?Convertir el momento de hacer los deberes en una guerra diaria.
?Pasarse todo el curso indignado con un profesor en particular porque manda demasiados deberes para casa.
?Pasarse toda la tarde haciendo los deberes y llegar hasta pasada la hora de la cena todavía con el repaso de Sociales pendiente.
?Centrar todos los esfuerzos y conversaciones diarias en el tema de los deberes y los resultados académicos.
y aciertos
?Asumir el rol de entrenador: no hace falta correr como el jugador ni seguir la misma dieta ni, por supuesto, sufrir sus lesiones. Es suficiente con ayudarle a organizarse (con agendas, ordenando el material...) y asesorarle para mejorar su rendimiento.
?Ante la pregunta «Mamá, ¿qué hay que hacer en este ejercicio?», contestar: «Tú sabes hacerlo, solo tienes que pensarlo un poco: ánimo».
?Enseñarles a evaluar su propio resultado. Por ejemplo, comprobando la solución de las operaciones o problemas matemáticos, revisando la ortografía de una redacción, releyendo lo escrito...
?Tener un lugar fijo y cómodo para hacer los deberes, aislado de ruidos e interferencias, y un horario determinado (después de merendar, por ejemplo).
?Aceptar la realidad y el hecho de que hay profesores más o menos exigentes, más o menos justos, más o menos profesionales... Como la vida misma. Es también un aprendizaje.
?Ante las tareas más difíciles o tediosas, animarles a que las vayan haciendo poco a poco, organizándose bien. Y ofrecerse para resolver las dudas que vayan surgiendo. Al final, felicitarles por conseguir terminar un trabajo o tarea especialmente complicada.
?Si la rutina está establecida, y el momento de ponerse a hacer los deberes no es algo discutible, será mucho más fácil conseguir crear un buen ambiente.
?En este caso es mejor concertar una entrevista con el profesor para transmitirle nuestra visión de un exceso de trabajo para casa. Quizá nos informe de que el alumno no trabaja en clase y por eso lleva tareas para casa.
?Poner una hora de inicio y una hora de finalización del tiempo destinado para hacer los deberes.
?Intentar hablar de otros temas no estrictamente académicos, dejándoles tiempo para otras actividades y tiempo de ocio en familia.
Escuela de padres
? TEMA DEL MES: Organizar el inicio de curso.
? ETAPA: Primaria y secundaria.
? EL DATO: El porcentaje de estudiantes españoles que sufren estrés por culpa de los deberes es de los más altos de Europa (OMS, 2017).
? ALGUNAS CLAVES: Supervisión, seguimiento, autonomía progresiva.
? COMPORTAMIENTOS QUE EVITAR: Escolarizar la relación padres-hijos, centrándolo todo en los resultados académicos y olvidando la importancia de inculcar valores, de compartir tiempos de ocio, juegos...
? PARA SABER MÁS: «10 consejos clave para que los niños hagan los deberes con éxito», Revista «Faros», del Hospital Sant Joan de Déu (goo.gl/GAUG6k).