La izquierda portuguesa pierde impulso entre los jóvenes

Brais Suárez
brais suárez OPORTO / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

El líder de los socialistas portugueses, Pedro Nuno Santos, durante un acto de campaña en Espiño
El líder de los socialistas portugueses, Pedro Nuno Santos, durante un acto de campaña en Espiño JOSE SENA GOULAO | EFE

La ultraderecha atrae cinco veces más a varones que a mujeres entre los  menores de 24 años

13 may 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

No es una excepción en el contexto europeo: los últimos sondeos publicados reafirman la tendencia de los jóvenes de Portugal a votar por partidos conservadores y de derecha radical. Son también la franja etaria menos abstencionista, pero una de las más indecisas. En concreto, un 52 % de los portugueses entre 18 y 24 años aseguran que el próximo domingo votarán a los conservadores o a la extrema derecha, mientras que un 23 % se declara indeciso —el doble que entre el resto del electorado— y solo un 7 % optará por los socialistas. Dentro del mismo grupo de edad, también hay diferencias por sexos, pues los hombres votan casi cinco veces más a la extrema derecha que las mujeres, según datos de los Estudios Electorales Europeos.

El inicio de la campaña de los socialistas lusos traslucía la preocupación por acercarse al público joven, utilizando imágenes creadas por inteligencia artificial al estilo de Estudio Ghibli, que más bien acabaron dejando en evidencia cierta desconexión con un público que ya veía esta moda como algo pasado.

Mensajes para los mayores

La situación del partido «es un poco la del pez que se muerde la cola», explica la investigadora del Instituto de Ciencias Sociales de la Universidad de Lisboa Filipa Raimundo. «No consigue captar a los jóvenes; configura sus campañas hacia el electorado más anciano y eso acaba alejándolo más de la juventud. Aunque les aporte resultados a corto plazo, no dura para siempre y deben reflexionar al respecto», explica Raimundo. De momento, es demasiado tentador para el centro izquierda recordar a los jubilados los recortes de sus pensiones sufridos a manos del conservador Pedro Passos Coelho.

Pero, más allá de la propuesta política, la investigadora lo enmarca en una cuestión generacional. «Hace 50 años, la derecha era minoritaria y tenía reparos en declararse conservadora. Ahora está pasando lo contrario: la derecha está de moda y la izquierda pierde fuerza», comenta en alusión a un «partido comunista ortodoxo» y a un Bloco de Esquerda (BE) cuyos electorados decaen gradualmente. En el caso del BE, «en esta campaña ha recuperado a tres personas clave (sus fundadores Francisco Louçã, Luís Fazenda y Fernando Rosas), pero tengo dudas sobre su capacidad de captación, porque el partido apunta a un electorado joven y estas figuras no son tan conocidas entre las franjas de edad más bajas», dice. Livre, más moderado y socio más factible para una coalición con los socialistas, es la fuerza de izquierda con más perspectivas de crecimiento en estos comicios, «pero apenas logra penetración fuera de Lisboa», recuerda la académica.

De momento, la izquierda no consigue sacar partido de las dudas éticas en torno al primer ministro en funciones, Luís Montenegro, y también se ha quedado sin una de sus herramientas más eficaces en las últimas campañas: la amenaza de que los conservadores pacten con Chega, algo prácticamente descartado tras el resultado de los últimos sondeos.