El Supremo prohíbe a Trump deportar a migrantes con una ley de guerra de 1798
INTERNACIONAL

Esta orden judicial paraliza la expulsión de venezolanos detenidos en Texas
19 abr 2025 . Actualizado a las 23:36 h.Faltaban solo cinco minutos para que los relojes marcasen la una de la madrugada del sábado en Washington, cuando el Supremo emitió un fallo urgente, breve, sin firma y sin justificación: «Se ordena al Gobierno no trasladar a ningún miembro de la supuesta clase de detenidos desde Estados Unidos hasta nueva orden de este Tribunal». Esta resolución suspende temporalmente las deportaciones de migrantes irregulares hechas por la Administración Trump al amparo de la Ley de Enemigos Extranjeros de 1798 —que solo se ha usado en tiempos de guerra— y bloquea la expulsión de venezolanos acusados de pertenecer a la organización criminal Tren de Aragua y encerrados en un centro de detención en el estado de Texas.
La decisión de la Corte, con la opinión contraria de los magistrados conservadores Clarence Thomas y Samuel Alito, se tomó tras el recurso presentado el pasado viernes por la Unión Americana de Libertades Civiles (Aclu, por sus siglas en inglés), que denunciaba que los inmigrantes corrían el riesgo de «ser expulsados de EE.UU. sin previo aviso ni oportunidad de ser escuchados». Esta asociación de abogados de derechos humanos advertía al tribunal de que muchas personas ya habían sido «subidas a autobuses, presumiblemente con destino al aeropuerto».
El Supremo había emitido un fallo la semana pasada que permitía continuar con las expulsiones a una megacárcel en El Salvador solo si se notificaba el traslado a aquellos que van a ser deportados y se les da un «tiempo razonable» para apelar la decisión. La Administración Trump llegó a un acuerdo con el presidente salvadoreño, Nayib Bukele, para encerrar a migrantes detenidos en EE.UU. en el Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot). Entre las más de 200 personas, en su mayoría venezolanas, enviadas a esta prisión de máxima seguridad sobre la que recaen denuncias de abusos estaba Kilmar Ábrego García, un salvadoreño deportado por error y que ya ha sido trasladado a otra cárcel en Santa Ana, en el oeste del país centroamericano. Allí, recibió el pasado jueves la visita del senador demócrata Chris Van Hollen, quien pidió la liberación de este ciudadano, que reside desde hace más de una década en Maryland, el estado que representa, y acusó a Trump de violar la Constitución. En una rueda de prensa, el legislador aseguró que Ábrego, que no ha podido hablar con su mujer e hijos estadounidenses, está «traumatizado» tras ser detenido sin recibir ninguna explicación. «En algún momento, no sé si fueron horas o días, lo esposaron, le pusieron grilletes y lo subieron a un avión junto con otras personas», explicó. De hecho, el vicepresidente salvadoreño, Félix Ulloa, le dijo a Van Hollen que si este migrante sigue encarcelado es porque Trump «está pagando» para ello. El Supremo emitió la semana pasada un fallo respaldando la orden de un tribunal de Maryland que pedía al Gobierno «facilitar» su retorno.
«Es un fanfarrón»
Trump insistió en que Ábrego es un «extranjero ilegal» y miembro de la pandilla MS-13, y criticó la visita del senador demócrata, al que llamó «fanfarrón» en redes sociales: «Quedó como un idiota, pavoneándose en El Salvador mientras mendigaba atención». El republicano, además, acusó ayer a su predecesor en el cargo, Joe Biden, de permitir la entrada en EE.UU. a «millones de criminales» de «todo el mundo» debido a su «mala» gestión de las fronteras.

Los margaritas envenenados de Bukele para manipular una fotografía
Se autodenomina «el dictador más genial del mundo». El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, que se niega a liberar a Kilmar Ábrego García, deportado por error por la Administración Trump, intentó manipular la fotografía que retrata la visita del pasado jueves del senador demócrata Chris Van Hollen a este migrante retenido pese a tener estatus legal en Estados Unidos y a que el Tribunal Supremo ordenase su retorno.
El mandatario centroamericano publicó una instantánea en la que se ve a ambos sentados en una cafetería con varios cócteles sobre la mesa. «Kilmar Ábrego García, milagrosamente resucitado de los campos de exterminio y la tortura, ahora bebe margaritas con el senador Van Hollen en el paraíso tropical de El Salvador», se burló Bukele en redes sociales, donde advirtió que, «ahora que se ha confirmado su salud», al detenido «le corresponde el honor de permanecer bajo custodia de El Salvador». Sin embargo, en la imagen compartida por el demócrata solo hay tazas de café y vasos de agua, porque, según explicó en una rueda de prensa, el personal de Bukele trajo más tarde varios cócteles que ni él ni Ábrego probaron, informa The Washington Post. De hecho, Van Hollen añadió que el vaso que le pusieron al preso estaba menos lleno para que pareciera que había bebido. «Es el máximo esfuerzo que el presidente Bukele está dispuesto a hacer para engañar a la gente sobre lo que está sucediendo», concluyó el legislador.