Gallegos en Marruecos, tras el terremoto: «Pasamos la noche al raso»

INTERNACIONAL

Maricel, en primer término en la imagen, durmiendo al aire libre por el seísmo
Maricel, en primer término en la imagen, durmiendo al aire libre por el seísmo

«En algunas habitaciones se desprendieron televisores y otros electrodomésticos», explica una gallega que reconoce que en la zona donde estaba no hubo drásticas consecuencias

10 sep 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Muchos son los gallegos que deciden visitar Marruecos en esta época del año. A algunos de ellos, el terremoto los pilló en Marrakech cenando en el centro de la ciudad, como es el caso de Mayte Pérez. A Fran Canosa, la sacudida le sorprendió en un taxi. El seísmo tuvo menores consecuencias para Maricel Miramontes. Así fue como vivieron estos tres gallgos el grave terremoto que asoló al país vecino.

A Maricel Miramontes, de Bergondo, el seísmo la cogió en un resort a varios kilómetros de Marrakech: «Pasamos la noche al raso»

Maricel Miramontes en el resort en el que se aloja cerca de Marrakech
Maricel Miramontes en el resort en el que se aloja cerca de Marrakech

Este fin de semana Marrakech acogía la convención de la firma Vorwerk, con los mejores vendedores de thermomix, su producto estrella. Más de 2.000 personas llegadas de distintos países se habían repartido por hoteles de la localidad y las cercanías de la ciudad afectada. A la bergondesa Maricel Miramontes el terremoto le pilló en un resort a varios kilómetros de Marrakech, por lo que las consecuencias que vivió del siniestro fueron leves.

«Son estructuras de dos plantas, cuando ocurrió me encontraba caminando por una de las callejuelas del complejo. Nada más sentir una vibración que pensamos que era por el paso de un camión, vimos una gran cantidad de pájaros que coincidían en el vuelo, nos chocó muchísimo», recuerda Maricel. Las vibraciones se sucedieron durante unos dos minutos. «Y luego hubo una nueva réplica más pequeña», apunta. «Al volver al comedor vimos que se habían caído numerosos vasos de la mesa, y en algunas habitaciones se desprendieron televisores y otros electrodomésticos». Por seguridad, ella y sus compañeras pasaron la noche al raso junto a la piscina del hotel: «No nos podíamos quejar, había camas balinesas y hamacas, otros miembros de la compañía se encontraban en hoteles de la ciudad de seis o siete plantas y fueron rápidamente desalojados. La organización actuó muy rápido y bien con todos nosotros», señala esta popular youtuber de Thermomix.

Mayte Pérez, de Quiroga, vivió el terremoto en Marrakech: «Me quedé atrapada en la terraza del restaurante, mientras el de al lado se derrumbó entero»

Mayte Pérez, Miguel Ángel Garrido y su hija Irene no podrán olvidar su último viaje a Marruecos. Estaba siendo maravilloso. Se habían reunido un grupo de gallegos y madrileños para disfrutar del país y acababan de llegar a Marrakech después de recorrer en todoterreno las dunas del desierto Iriki, «un lago desértico que es la puerta del Sáhara». Tenían previsto quedarse hasta el domingo. Justo este viernes por la noche decidieron cenar en la terraza de un restaurante, una tercera planta, que ya conocían del año pasado por las maravillosas vistas que allí había de la plaza de Jemaa el-Fna, en pleno centro de la ciudad y el lugar más importante de la medina.

Estaban cenando animadamente cuatro adultos y tres menores cuando de repente comenzaron a sentir un temblor. «Al principio pensé que era como la sensación de cuando pasa un camión muy pesado, pero rápidamente me di cuenta que se estaba moviendo el edificio y que por allí no pasaban coches. Luego pensé que era una bomba, pero como duró bastante tiempo ya me di cuenta de que era un terremoto», explica esta gallega todavía con el susto en el cuerpo y que se derrumba al contar que su hija pequeña de diez años estaban con ellos en ese momento. 

Fue tal la sacudida que sintieron que el minarete que tenían en frente se vino abajo: «También el restaurante que teníamos al lado se derrumbó entero. Y uno de los hoteles que estaba junto al nuestro. Yo me quedé atrapada en la terraza por las sillas y los muebles que se habían caído, mientras mi marido sacaba a nuestra hija a la calle. Una chica me ayudó a salir y luego ya llegó mi marido», explica. Cuenta también que fueron momentos de gran tensión porque todo el mundo quería salir de la terraza: «Todos tuvimos esa reacción y es normal. Pero las escaleras eran muy estrechas. Estábamos todos apelotonados y la gente te empujaba. Mi hija tiene rascazos en las piernas y yo tengo un esguince, pero hemos vuelto a nacer. Hemos tenido mucha suerte». 

Mayte al fondo, junto a su marido y su hija, y con el grupo que viajaba. Esta foto se tomó cinco minutos antes del terremoto en la terraza de Marrakech donde ella se quedó atrapada.
Mayte al fondo, junto a su marido y su hija, y con el grupo que viajaba. Esta foto se tomó cinco minutos antes del terremoto en la terraza de Marrakech donde ella se quedó atrapada.

En cuanto todos estuvieron fuera del restaurante, rápidamente se dirigieron por la calle, entre los cascotes y el caos de la gente, hacia el hotel que, afortunadamente, estaba muy cerca del restaurante: «Echamos a correr por las calles estrechas y llegamos al hotel. En la habitación había cascotes y el techo de la habitación del chico que venía con nosotros se vino abajo, pero la estructura resistió. Cogimos las maletas, el pasaporte y fuimos al párking a por el coche, que yo creo que no se vino abajo porque no tenía ningún edificio encima. Pudimos salir de Marrakech solo media hora después de la primera sacudida y porque el otro chico conocía la ciudad. Tuvimos suerte porque nos dijeron 15 minutos después que la ciudad se cerró al tráfico, era imposible moverse en coche. Era un caos. Viajamos toda la noche hasta Tánger para coger el ferri a las nueve la mañana». 

A Mayte todavía le cuesta asimilar lo que ha vivido y reconoce que siente «muchísima pena por lo que ha quedado allí». «Hemos vuelto a nacer. Ahora solo estoy deseando llegar a casa para abrazar a mis otros dos hijos y gracias a que mi marido estaba conmigo», dice ya a salvo y desde Tarifa. 

Fran Canosa, del Xeoparque Ortegal, vive el terremoto de Marruecos: «O taxi no que viaxaba empezou a zarandearse e os edificios a derrumbarse»

El geólogo Fran Canosa, director científico del Xeoparque de Cabo Ortegal, en el terremoto de Marruecos
El geólogo Fran Canosa, director científico del Xeoparque de Cabo Ortegal, en el terremoto de Marruecos

Al geólogo Fran Canosa, uno de los impulsores del Xeoparque Cabo Ortegal y residente en Valdoviño, el terremoto de Marruecos le pilló en Marrakech. Allí se encuentra en la Conferencia Internacional sobre Geoparques Mundiales de la UNESCO. Acababa de cenar con unos compañeros en la zona de la Medina cuando cogieron un taxi de vuelta al hotel, y allí fueron pillados por el seísmo. «O taxi no que viaxaba empezou a zarandearse e os edificios a derrumbarse, o coche movíase moito como en volantazos pero o taxista tiña o volante recto», explica desde esta ciudad marroquí. Y cuando llegó al hotel «vimos moitísima xente entre cascallos, e coas paredes fisuradas dos edificios».

Un motorista cruza entre edificios destruidos en el terremoto de Marruecos
Un motorista cruza entre edificios destruidos en el terremoto de Marruecos

Fran ya llevaba dos días en ese país, en una estancia prevista de cinco y como único geólogo gallego junto a un compañero de Os Ancares. Recuerda «os movementos moi intensos, como alguén zarandeando o coche». Se inició así una noche «longa e complicada, pero ao ser xeólogo xa sabía que despois da primeira sacudida podía chegar unha réplica en vinte minutos». Como esa continuación fue de menor intensidad y empezó a seguir los datos del Servicio Geológico de Estados Unidos «xa durmín máis tranquilo, aínda que tamén hai xente que decidiu durmir ao raso ou nos xardíns do hotel».  

Ya por la mañana, este geológo gallego se acercó a las partes más afectadas del centro de la ciudad: «A metade dos edificios teñen danos estructurais, hai serios riscos de caídas, colapso, moitos atascos». La gente empieza a adaptarse ahora a la nueva situación, tras una noche en la que muchos ciudadanos durmieron en los parques. 

Supervivientes entre los escombros del terremoto de Marruecos
Supervivientes entre los escombros del terremoto de Marruecos

«Durante toda a noite escoitei moitísimas ambulancias, foi lóxicamente o terremoto máis intenso que vivín en primeira persoa e dos máis intensos na historia de Marrocos pola súa escasa profundidade e por unha magnitude de sete graos», indica Canosa. Añade que además las construcciones «non están adaptadas, atopeime co muro dunha mezquita onde a parte alta non estaba feita de cemento senón de sacos de terra». 

El congreso en el que participaba se canceló por daños en el edificio, y se prevé la anulación de las visitas a la zona del Atlas debido al grandísimo impacto de un terremoto que a estas horas deja más de 600 muertos.

Fran Canosa ya llamó tras el seísmo a familiares y amigos en Galicia, «que se atopaban moi preocupados, foi un gran susto e estamos todos ben». Pero concluye que «aínda nos damos conta agora do desastre en Marrakech, non quero imaxinar como será nun pobo pequeno sen infraestruturas».