El Kremlin bombardea Kiev cuando los líderes del G7 buscan aislar más a Putin

R. M. Mañueco, J. C. Barrena MOSCÚ, BERLÍN / COLPISA

INTERNACIONAL

Los líderes del G7, reunidos en Elmau, en los Alpes bávaros.
Los líderes del G7, reunidos en Elmau, en los Alpes bávaros. POOL | Reuters

Estados Unidos y el Reino Unido quieren prohibir las importaciones de oro ruso

26 jun 2022 . Actualizado a las 21:12 h.

Rusia bombardeó este domingo con misiles zonas residenciales de Kiev, en el primer ataque contra la capital ucraniana en tres semanas, en una aparente desafío, en vísperas de la cumbre de la OTAN y en la apertura de la cita de los líderes del G7 en los Alpes bávaros, en la que mostraron su cohesión a la hora de apoyar a Ucrania en su lucha contra el agresor ruso. En un nuevo paso para aislar a Vladimir Putin, Estados Unidos y el Reino Unido quieren prohibir las importaciones de oro ruso, pero los socios de la Unión Europea prefieren evaluar antes las consecuencias de esa decisión.

«Mostraremos unidad», afirmó el canciller alemán, Olaf Scholz, en una breve intervención ante los medios al término de la primera reunión de los jefes de Estado y Gobierno en Elmau, dedicada fundamentalmente a abordar los problemas económicos que afectan actualmente al planeta, desde la inflación a la interrupción de las cadenas de suministros. Añadió que, en el encuentro de las «democracias más industrializadas del mundo», todos los asistentes han «expresado su preocupación por las crisis que actualmente debemos superar».

Scholz se mostró, sin embargo, «muy, muy seguro de que conseguiremos emitir desde esta cumbre una señal muy clara de unidad y de actuación decidida». «Debemos trabajar en favor de una arquitectura de seguridad en el mundo que garantice la paz y que no siempre sea peligrosa y arriesgada».

La invasión rusa centró la reunión bilateral de Scholz con el presidente Joe Biden, en la que reiteró que «Alemania y EE.UU. actuarán siempre unidas cuando se trate de la seguridad de Ucrania». Anteriormente, Biden calificó el bombardeo de un edificio de viviendas de varios pisos y una guardería infantil en Kiev —que dejó al menos un muerto y seis heridos—, como una ración más de la «barbarie» del presidente ruso. Su colega francés, Emmanuel Macron, se mostró convencido de que, aunque Ucrania atraviesa una «fase crítica» en la guerra con Rusia, existe la posibilidad de «dar la vuelta a la tortilla», mientras el primer ministro británico, Boris Johnson, advirtió contra toda concesión a Rusia para acabar con la confrontación bélica.

Macron se había mostrado de nuevo partidario de buscar la negociación con el Kremlin y reiterado que Rusia no debe verse «humillada» en un futuro acuerdo de paz. Por su parte, el primer ministro italiano, Mario Draghi, reafirmó su propuesta de poner un techo al precio del gas ruso. 

Al borde de la insolvencia

Fuentes de la reunión subrayaron que Rusia se encuentra al borde de la insolvencia. Ayer vencía el plazo para el pago de 100 millones de dólares para dos emisiones de deuda pública en dólares y euros que debían haberse abonado el pasado 27 de mayo, aunque se amplió por treinta días su devolución.

Multimillonaria inversión en infraestructuras para contrarrestar el avance de China 

El G7 destinará 600.000 millones de dólares a un macroplan de infraestructuras en países de ingresos medios y bajos para contrarrestar el avance de China, anunció el presidente Joe Biden en la rueda de prensa conjunta tras la cumbre en Elmau (Baviera).

Uno de los proyectos estrella será un cable submarino de fibra óptica que conectará Europa Occidental con Asia. El cable de fibra óptica tendrá una longitud de 17.000 kilómetros y proporcionará conexión de alta velocidad, desde Singapur a Francia, pasando por Egipto y el Cuerno de África.

De la cantidad total, Washington movilizará 200.000 millones de dólares a través de fondos públicos y privados, a lo largo de los próximos cinco años. Biden apuntó que las inversiones en infraestructuras son «cruciales» para un desarrollo sostenible y para lograr una «estabilidad global».

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, explicó que la respuesta de Europa a ese reto es el llamado Global Gateway, una iniciativa que pretende movilizar 300.000 millones de euros en inversiones hasta el 2027 a fin de sostener una recuperación mundial duradera. Se trata de «infraestructuras de calidad y sostenibles» en productos que generarán «un auténtico beneficio a las comunidades sobre el terreno», dijo. Como ejemplo, se refirió a los cables de fibra óptica submarinos que unirán Europa con Latinoamérica o a un futuro proyecto de hidrógeno limpio con Egipto, Namibia y Chile.