Una treintena de ucranianos se concentran en A Coruña para pedir el fin de la guerra: «Esto tiene que parar»

Caterina Devesa REDACCIÓN / LA VOZ

INTERNACIONAL

Ataviados con las banderas de su país y con lágrimas en los ojos explican que la gente en Ucrania «está huyendo o escondiéndose en sus casas»

24 feb 2022 . Actualizado a las 19:03 h.

Lágrimas en los ojos y angustia. Porque para los ucranianos afincados en A Coruña el ataque de Rusia ha sido «inesperado». Ante la situación, han decidido sumar fuerzas y concentrarse en la tarde de este jueves en María Pita. Así, a partir de los 17.00 horas la plaza se llenó de ciudadanos preocupados para pedir el fin de la guerra con pancartas y la bandera de su país a hombros.

«Justo entró hoy el ejército en mi ciudad, en Jersón, que es cerca de Crimea. Estoy rota de dolor», apuntó Oksana Apasova, que lleva ya 22 años en A Coruña. «Mi familia está toda en Ucrania. Mi hija, mi nieta, mi padre, mi único hermano..Mi sobrino está en el ejército, en Odesa, por lo que estoy preocupada no, lo siguiente». De esa zona es también Lisa Tseasura, que lleva cinco años aquí: «Tengo allí a mi familia y tienen miedo porque ahora, con los rusos, no hay leyes. Ellos tienen una granja y viven con el temor de que sea ocupada porque tienen comida». La mujer tuvo que trabajar hoy, aunque se mantuvo al tanto de las noticias. «Sigo todo con Telegram, ahí veo vídeos y me voy enterando», indica. 

Para la comunidad ucraniana en la ciudad, la jornada de este jueves ha sido especialmente dura y muchos han solicitado tener libre el día. «Fui al trabajo por la mañana para dar la cara y explicar la situación. No tengo cabeza para nada más. Es una locura ver los vídeos con los tanques entrando en tu ciudad, es como si apareciesen aquí en el puente de A Pasaxe. Mi familia se está preparando con mantas, velas y comida para esconderse en el sótano», indica Alla Kurkina. Todos piden «parar a los rusos» y al mismo tiempo destacan haber recibido mensajes de apoyo de ciudadanos de ese país. «Nos escriben para decirnos que sienten mucho lo que está pasando», relata Lisa. Asimismo, están apoyados por gente de otros espacios de la antigua Unión Soviética. «Yo soy de Bielorrusia y mi país también está en alerta. He venido para mostrarles mi apoyo», dice Olga Kuchura.

Entre los asistentes, una treintena, había mujeres, hombres y niños. Todos se unieron para cantar el himno de Ucrania, algunos con la mano sobre el corazón, en señal de apoyo a sus compatriotas. A pesar de que el país lleva ocho años en tensión con Rusia, manifiestan que no se esperaban el ataque. «Desde el 2014 empezó el conflicto, pero nadie se imaginaba esto», comenta Lisa, que indica: «Algunos de los que están aquí vinieron hace años por los programas para refugiados y otros por su cuenta». 

Lo peor para los ucranianos es la incertidumbre de qué va a pasar en su país natal. «Yo llevo cinco años aquí y mi madre veinte. Tenemos hermanos y sobrinos allí y ahora tienen miedo. Nadie quiere hablar, están preparándose para estar escondidos en casa, recopilando mercancía y alimentos». Porque ante la situación, para los ucranianos las vías son dos: esconderse o intentar marcharse del país.