Scholz y Macron pugnan veladamente por ser el nuevo referente europeo a la sombra de Merkel

Joana Serra BERLÍN / COLPISA

INTERNACIONAL

El canciller Olaf Scholz y el presidente Emmanuel Macron, durante la rueda de prensa de la noche del martes.
El canciller Olaf Scholz y el presidente Emmanuel Macron, durante la rueda de prensa de la noche del martes. POOL | Reuters

Los dirigentes de Alemania y Francia suman a Polonia al «diálogo exigente» con Moscú

09 feb 2022 . Actualizado a las 11:42 h.

Para el canciller alemán, Olaf Scholz, el «objetivo compartido» es «preservar a Europa de la guerra»; para el presidente francés, Emmanuel Macron, mantener un «diálogo exigente» con Moscú; y para su homólogo polaco, Andrzej Duda, demostrar que «evitar la guerra aún es posible».

Los tres líderes, representantes de las presidencias de turno de la UE (Francia), del G7 (Alemania) y de la OSCE (Polonia) lanzaron la noche del martes un mensaje de cohesión al Kremlin, demostrativo de que «evaluamos la situación de forma idéntica», dijo Scholz.

Sin embargo, en este nudo diplomático alrededor del conflicto ucraniano parece haber un pulso más o menos discreto entre Macron y el canciller por el puesto de «heredero» de la exlíder de referencia europea que fue Angela Merkel.

Scholz se ha comportado hasta ahora como un líder silencioso y hasta tímido, lo que le ha costado críticas en su propio país por inoperante. Macron le llevaba ya la delantera y ha sumado los tantos de su reunión con Vladimir Putin, seguida de la mantenida el lunes, camino a Berlín, con el ucraniano Volodimir Zelenski.

De Moscú quedó la imagen de una reunión con dos líderes a ambos extremos de una larguísima mesa. De Kiev partió Macron con anuncios de «avances». El mandatario galo es el factor dinamizador, o al menos así se escenifica a sí mismo. Scholz representa el socialdemócrata sucesor de Merkel que aún debe encontrar su lugar.

El silencio de Scholz con el cierre del gasoducto

El canciller se estrenó el lunes en la Casa Blanca con Joe Biden, quien le marcó el camino de las amenazas a Moscú: si hay invasión, el gasoducto Nord-Stream II no entrará en funcionamiento. Scholz calló, como siempre hace cuando se menciona un proyecto del que depende el suministro de gas a Alemania.

El gasoducto debe completar al Nord-Stream I que sellaron Gerhard Schröder y Putin en el 2005. Merkel no detuvo su construcción ni siquiera por la invasión de Crimea en el 2014.