Boris Johnson reta a Irlanda del Norte a afrontar su violento pasado con una amnistía

Íñigo Gurruchaga COLPISA | LONDRES

INTERNACIONAL

Una mujer pasa por delante de un mural republicano irlandés en Belfast, en una imagen de archivo
Una mujer pasa por delante de un mural republicano irlandés en Belfast, en una imagen de archivo PAUL MCERLANE | Reuters

El Gobierno del Reino Unido presentará pronto un proyecto de ley cuyos principios han provocado un rechazo casi unánime

16 oct 2021 . Actualizado a las 21:23 h.

Políticos británicos e irlandeses, ya agitados por la enrevesada negociación con la Unión Europea sobre las regulaciones que afectan a Irlanda del Norte tras el brexit, van a ocuparse, tras la reapertura del Parlamento la próxima semana, de un proyecto de ley en el que el Gobierno de Boris Johnson propone una forma de amnistía a los crímenes cometidos durante The Troubles, de 1969 a 1998.

En ese período de «disturbios» murieron violentamente 3.500 personas y unas 50.000 resultaron heridas. No es de extrañar que sucesivos gobiernos autonómicos, forzosamente compartidos por los partidos más representativos de unionistas probritánicos y nacionalistas partidarios de la unidad de Irlanda, no logren aplacar los rescoldos del «legado» que dejan aquellas décadas de extrema brutalidad.

Se han promovido iniciativas de justicia transicional, proponiendo que la documentación histórica y el intercambio de información entre perpetradores y víctimas paliase el dolor de estas, mediante el acceso a un relato veraz sobre las circunstancias en las que murió su ser querido. Al mismo tiempo, la policía regional creó equipos de investigación histórica, para aclarar el gran número de crímenes no cerrados.

Acuerdo del Viernes Santo

El Acuerdo del Viernes Santo puso en libertad «bajo licencia» a todos los presos dos años después de su firma, en abril de 1998. Los negociadores del Sinn Féin, asociados al IRA, lograron que el Gobierno de Tony Blair enviase una «carta de confort» a huidos, prometiéndoles que no serían procesados.

El otro elemento asociable a una amnistía en el proceso de paz fue la inmunidad legal que Londres y Dublín reflejaron en un tratado internacional para los ejecutores, mediadores y testigos en las operaciones de desarme de los grupos terroristas. Pero en los últimos años hay una creciente queja de parlamentarios con pasado en el Ejército, de mandos jubilados de las fuerzas armadas o la Policía y de periódicos conservadores, para que Theresa May o Boris Johnson pusiesen fin a las citaciones de veteranos por los tribunales de Belfast.

El proyecto de ley describirá los mecanismos de «excavación de la verdad», que serán facilitados por el hecho de que los voluntarios para testificar no correrán peligro de ser procesados. ¿Serán suficientes para resolver el legado? Jonathan Caine, que trabajó como consejero sobre Irlanda del Norte de seis ministros conservadores en la provincia, advertía recientemente de las limitaciones de los proyectos sobre el legado: «Nunca vamos a estar de acuerdo unionistas y republicanos sobre lo que ocurrió esos 30 años [...] No vamos a resolver el pasado. No va a ocurrir».