«Trump está usando la misma estrategia de mano dura que usó Nixon en 1968»

Maria Cedron REDACCIÓN

INTERNACIONAL

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Omar Wasow, profesor del Departamento de Política de la Universidad de Princeton, destaca la influencia del tipo de protesta, violenta o no, en el voto, pero cree que es pronto para decir qué pasará en noviembre

05 jun 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Son las ocho de la mañana en Estados Unidos. Las cinco de la tarde en Galicia. Con puntualidad inglesa y un café americano junto al ordenador, Omar Wasow, profesor asistente en el Departamento de Política de la Universidad de Princeton experto en raza y política y autor de estudios como Agenda Seeding: How 1960s Black Protests Moved Elites, Public Opinion and Voting, dibuja a través de una llamada de Skype el trasfondo político de la ola de protestas que, como un tsunami, ha ido inundando las ciudades norteamericanas. Es miércoles, nueve días después de la muerte de George Floyd a manos del policía Derek Chauvin en Mineápolis, y la ola ya ha llegado a Europa. No es difícil comprender por qué. «Para quien viva fuera de Estados Unidos es importante ver el vídeo [en referencia a la grabación en la que se ve a Chauvin presionando el cuello de Floyd] para comprender por qué la gente está tan enfadada y qué pretenden unas manifestaciones que buscan poner el foco de atención en la injusticia», dice este experto en movimientos de protesta y métodos estadísticos. El peligro es que parece que Donald Trump está jugando las mismas cartas que Richard Nixon, usando la violencia como cortina de humo para tapar sus promesas económicas incumplidas y, sobre todo, la gestión del coronavirus.

—¿Cree que Trump está usando las protestas en su beneficio?

—Sí. Cuando las protestas son violentas, las historias que aparecen en los medios se centran en destacar el crimen, no la injusticia. Entonces surgen dos tipos de historias: unas sobre la injusticia que se trata de denunciar, y las otras sobre la criminalidad. En 1968, Richard Nixon se postuló como el candidato de la ‘ley y orden‘ para erradicar la violencia. Trump está usando la misma estrategia de ‘mano dura’ que usó Nixon en 1968 [el republicano ganó las elecciones de noviembre al vicepresidente demócrata Hubert Humphrey por una estrecha diferencia].

—¿Es también una forma de correr un tupido velo sobre su gestión en el coronavirus?

—Creo que está usted en lo cierto. Tenemos muchos problemas ahora en América. La pandemia es un problema muy serio. La economía no va bien para mucha gente, hay muchos desempleados. Todo eso no es bueno para su campaña, entonces trata de que los medios pongan el foco en otros asuntos como la violencia, disturbios... Está hablando del grupo antifascista Antifa. Lo que trata es de desviar la atención hacia otros asuntos que le ayuden políticamente.

—Este fin de semana una encuesta publicada por The Washington Post y ABC ampliaba la ventaja de Biden sobre Trump en intención de voto, aunque fue realizada antes de los disturbios. ¿Qué cree que pasará en el mes de noviembre?

—Es pronto para decirlo. De momento, solo tenemos un par de encuestas de opinión, pero hasta ahora no dejan muy bien parado a Trump porque hay muchos ciudadanos que no aprueban su modo de manejar las relaciones raciales. ¿Aprueban su trabajo? La mayoría desaprueba como está gobernando. Quizá la estrategia que le dio ventaja a Nixon en 1968 no le valga a Trump porque Nixon era un aspirante a la presidencia, pero Trump es el responsable, en parte, de todo lo que está pasando en América. Ahora bien, en el caso de que los disturbios continúen durante el verano, la mano dura que tradicionalmente se asocia a los republicanos podría acabar favoreciéndole.

«Joe Biden tiene el desafío de mostrar su compromiso con la igualdad racial, pero también con mantener el orden»

—El vídeo de la agresión a George Floyd resulta impactante. Tanto que, como recogieron algunos medios norteamericanos en sus crónicas de los últimos días, más de un seguidor republicano cambió su voto en el momento en el que lo vieron. Hasta se unieron a la manifestación frente a la Casa Blanca.

—Hay mucha gente muy crítica con la actuación de la policía y para ellos lo que pasó en Mineápolis resulta inaceptable. El vídeo tuvo mucha fuerza. La gente estaba muy molesta con él. Incluso las personas del ala derecha que normalmente apoyan a la policía fueron críticas en este caso. En estos momentos en Estados Unidos la política funciona de un modo muy polarizado. A menudo, cuando surge un nuevo problema político, puede haber un período de ajuste y la gente responde a él mostrando su opinión personal. Dicen ‘así es como me siento al ver el vídeo’. Pero a la hora de tomar una postura republicana o demócrata, la gente no se deja llevar por las reacciones individuales. Si Trump dice que las vidas azules importan, las vidas de los policías importan. Y los demócratas dicen que quieren una reforma en la policía. Esos serán sus argumentos principales.

—De todas formas Joe Biden parece estar mejor posicionado frente a Donald Trump de lo que lo estaba Hillary Clinton en el 2016.

—Él es una figura muy popular. Eso es una ventaja sobre Hillary Clinton. La cuestión es que históricamente los republicanos se han caracterizado por haber representado la mano dura contra el crimen, mientras que para el partido demócrata es muy importante el voto afroamericano. Además, para mucha gente joven, al igual que para muchos liberales blancos, la igualdad racial es un asunto que tiene mucho peso. Joe Biden tiene el desafío de mostrar su compromiso con la igualdad racial, pero al mismo tiempo ha de hacer ver a la opinión pública su compromiso con el orden. Eso será difícil. Históricamente para los demócratas ha sido complicado combinar ambas cosas. Mientras la opinión pública apoye las protestas, Biden jugará con ventaja.