Berlín pide la libertad para Rackete y Salvini la tacha de «criminal»

maría signo ROMA / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

GUGLIELMO MANGIAPANE

Un juez decidirá hoy la suerte de la capitana del Sea Watch 3, que está acusada de resistencia e intento de abordaje

02 jul 2019 . Actualizado a las 07:15 h.

La capitana del Sea Watch 3, Carola Rackete, detenida el sábado de madrugada tras atracar sin autorización en el puerto de la isla de Lampedusa con 40 inmigrantes a bordo, ofreció ayer su versión en la Fiscalía de Siracusa del incidente con la patrullera de la Guardia de Finanza: «Creí que se había desplazado y me la encontré delante. No era mi intención golpearlos», dijo. La activista está acusada de resistencia y de intento de abordaje, delitos que podrían acarrearle penas de 3 y 10 años de cárcel o la expulsión del país y la prohibición de entrar en él durante 5 años. Será hoy cuando el juez tome una decisión sobre Rackete, que permanece bajo arresto domiciliario y cuya situación ha provocado un choque entre Italia y Alemania.

El ministro del Interior, el ultra Matteo Salvini, atacó con dureza a la capitana, a la que deseó la cárcel: «¿Eras blanca, rica y alemana? No sé, da una vuelta por el lago de Como, haz voluntariado con los ancianos y los discapacitados, a la parroquia, pero no vengas a tocar los huevos al Mediterráneo y a aplastar guardias contra los muelles de los puertos italianos», escribió, y pidió el arresto «de esa criminal».

A través de una carta a su abogado, Rackete había explicado que su decisión de irrumpir sin autorización en el puerto fue por «miedo y desesperación», ya que temía que alguno de los inmigrantes que llevaban a bordo dos semanas se pudiera quitar la vida. «Habían empezado a autolesionarse [...]. Teníamos miedo de que alguno se tirara por la borda», relató. Además reiteró sus disculpas a la tripulación de la patrullera de la Guardia de Finanza, a la que embistió durante la maniobra de atraque.

El caso del Sea Watch 3 se está transformando en un enfrentamiento entre países europeos, algunos de los cuales han criticado duramente la política italiana de mano dura de Salvini. El presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier, dijo que «quien salva vidas no puede ser criminalizado». Alemania, país de origen de Rackete, en declaraciones de su ministro de Asuntos Exteriores, Heiko Maas, urgió ayer a Italia para que esclarezca cuanto antes las acusaciones contra la joven mientras solicitaba su liberación. La portavoz del Gobierno, Martina Fietz, aseguró que Berlín sigue con mucha atención la situación e insistió en que las acusaciones contra la capitana «deben ser esclarecidas por vía legal y lo antes posible». Desde la cumbre de Bruselas el primer ministro italiano, Giuseppe Conte, confirmó que había hablado con Angela Merkel, a la que había asegurado que «el asunto está en manos de los jueces».

Francia denunció lo que llama «estrategia de histeria» del ministro Salvini. La portavoz del Gobierno galo, Sibeth Ndiaye, por su parte, declaró: «Hay una regla en el derecho marítimo que dice que se debe depositar a los migrantes en el puerto marítimo más cercano y seguro. Italia debe respetar las normas internacionales. Es lo que le reclamamos. Y evidentemente la Unión Europea debe ser capaz de responder con solidaridad».

Apoyo de Holanda

Solo Holanda, bandera del Sea Watch 3, apoya a Italia. La secretaria de Estado de Inmigración, Ankie Broekers-Knol, dijo que el barco podría haber ido a Túnez o a Libia y expresó su «solidaridad total con Italia» por la emergencia migratoria. A las acusaciones de «indiferencia» de Salvini, respondió afirmando que la bandera holandesa «no implica una obligación para este Estado de acoger a las personas rescatadas». La detención de Rackete está generando un gran movimiento de solidaridad. En solo unas horas el cómico alemán Jan Böhmermann y el presentador Klaas Heufer-Umlauf recaudaron más de medio millón de euros para sufragar su defensa mientras en Italia una página de Facebook lograba 410.000 euros.

Los 40 inmigrantes desembarcados en Italia serán acogidos en Francia, Alemania, Finlandia, Luxemburgo y Portugal. Mientras tanto, la llegada de pateras a las costas italianas no remite. Solo el lunes 42 personas fueron auxiliadas por la Guardia Costera.

La Questura de Agrigento abrió ayer una investigación sobre la publicación ilícita de una fotografía difundida por un sitio ruso en la que se ve a la capitana Rackete durante el proceso de identificación por parte de la policía italiana.