Hugo Carvajal, un pollo que provoca alergia en el chavismo: sabe demasiado

Julio Á. Fariñas A CORUÑA

INTERNACIONAL

Su perfil es tanto o más peligroso que el del mismísimo José Manuel Villarejo: sabe demasiado y lo tiene todo documentado.

06 may 2019 . Actualizado a las 11:41 h.

Hugo Armando Carvajal Barrios, El Pollo,  espera desde el pasado sábado en la prisión madrileña de Soto del Real a que se formalicen los trámites de su extradición a Estados Unidos. Allí le aguardan con los brazos abiertos para que ratifique y avale documentalmente los cargos que pesan contra la cúpula militar venezolana que sostiene a Maduro. Su detención formal el pasado viernes a las puertas de la vivienda familiar en la urbanización madrileña de Valdebebas, donde se encontraba desde hace casi un mes, no le pilló por sorpresa. Aunque, algunas informaciones apuntan a que fue víctima de una trampa de la DEA que le hizo saber a través de sus abogados norteamericanos que querían verle para entregarle un mensaje del senador Marco Rubio, existen bastantes indicios de que fue una detención pactada. Los posibles motivos de la misma, serían garantizar su seguridad personal al sentirse amenazado por esbirros del régimen madurista -una conocida periodista venezolana publicó en Twitter que Maduro había enviado a agentes de la contrainteligencia militar (DGCIM) para organizar su secuestro- y negociar los detalles de su colaboración con la justicia norteamericana que pesan contra él desde hace más de una década, por sus nexos con el narcotráfico y las guerrillas colombianas en su etapa de máximo responsable de los servicios de inteligencia y contrainteligencia del chavismo.

Otros datos que avalan la tesis de la detención pactada serían su desmarque formal del régimen madurista y respaldo a Guaidó  en vísperas del intento fallido de introducir en el país la ayuda humanitaria que se acumula en las fronteras de Venezuela, mientras sus ciudadanos se mueren de hambre y por falta de medicinas. Ese posicionamiento que también incluía un llamamiento a sus compañeros de armas para que le retiraran el apoyo a Maduro lo hizo público a través de un video cuidadosamente elaborado y en entrevistas concedidas a The  New York Times y la cadena de televisión CNN. Desde entonces no se privó de refrescar su presencia mediática a través de las redes sociales y de su propia página web.

Por otra parte, según se ha publicado tras su detención, entre su documentación personal se le intervino un pasaporte a nombre del archiconocido preparador técnico José Mourinho, ex-entrenador del Real Madrid. Si fue el que utilizó para entrar en España procedente de la República Dominicana, no era el mejor método para pasar inadvertido, dado que el técnico portugués luce una frondosa cabellera y El Pollo está totalmente calvo. Podría haber pasado más desapercibido con la identidad: Hugo Armando Peck Peck de la que dispone desde el 31 de enero de 2013, según certifica con esa misma fecha la registradora Civil del municipio de Turén en el Estado Portuguesa. Desde esa fecha su esposa  se llama Gladys Coromoto Segovia de Peck y sus hijos José Armando y Gladys Peck Segovia.

El hecho de que en su comparecencia ante el juez Alejandro Abascal que le tocó de guardia en la Audiencia Nacional haya manifestado que se opone a ser extraditado, lo único que hace es dilatar su viaje a Estados Unidos para ultimar, mientras tanto, los detalles de su colaboración con la justicia americana.

Su arsenal documental, según fuentes que conocen al personaje, ya le fue de  gran utilidad hace cinco años cuando fue detenido por las autoridades de la isla Aruba, en las Antillas Holandesas, por los mismos cargos que el pasado viernes en Madrid. Entonces, en una encerrona con la DEA ya  sacó unas cuantas cartas bajo la manga para llegar a algún acuerdo y no irse a Estados Unidos.

Las autoridades holandesas, concretamente el entonces ministro de Asuntos Exteriores y hoy candidato a la presidencia de la Comisión Europea, Frans Timmermans, respiraron con alivio porque la detención, que había hecho cundir el pánico en las filas del madurismo, que por aquellas fechas estaba celebrado el congreso del PSUV, amenazaron entre otras medidas de presión, con cancelar contratos del gobierno venezolano con astilleros holandeses por valor de 500 millones de dólares.

Tras el susto de Aruba, Maduro recibió al Pollo con alivio. No lo mantuvo al frente de los servicios de inteligencia y contrainteligencia pero le garantizó un puesto de salida como diputado en la Asamblea Nacional, en la lista del estado Monagas. Así tendría inmunidad parlamentaria.

Prescindir de él en un puesto en el  que tantos servicios le había prestado a Hugo Chávez, conjurando conspiraciones en el seno de la Fuerza Armada y  abortando golpes de Estado no fue un capricho personal de Maduro. Según apuntaron en su día fuentes militares solventes, el Pollo  no era santo de la devoción de Fidel Castro. El dirigente cubano le habría llegado a pedir a Hugo Chávez que lo sacara de la Dirección de Inteligencia Militar, porque se estaba negado a dar entrada a los cubanos en la Dirección de Inteligencia Militar (DIM) y que éste le contestó que si lo sacaba no duraba ni seis meses en el poder y Cuba iba a ser la primera perjudicada económicamente.

Pero no solo eso, el Pollo era el verdadero hombre de  confianza del difunto caudillo. Fue la cabeza que manejó todas las operaciones con la guerrilla y solo le rendía cuentas a Chávez. Con las pruebas y grabaciones que tiene en su poder y a buen resguardo, Venezuela podría ser declarada como país forajido.  

Expertos consultados estos días por medios digitales venezolanos,  corroboran la tesis de que el Pollo Carvajal es literalmente el hombre que sabe demasiado. «De cooperar -dicen- podría llegar a ser el testigo más importante en la historia criminal de Venezuela, dado que, como director de la Inteligencia Militar, mantuvo espiados por más de una década a todos los integrantes del régimen, documentando sus actividades criminales en expedientes que luego podían ser usados contra ellos en caso de que intentaran ser desleales a Chávez» .

Según Martín Rodil, asesor en materia de seguridad, «construyó expedientes de inteligencia sobre todas las actividades criminales en las que se involucró el régimen desde la época de Chávez, ya sea narcotráfico, tráfico de armas, tráfico de humanos, corrupción y lavado de dinero. Tiene los detalles de todos los actores y de todos los crímenes cometidos durante la era de Chávez y de Maduro».