Juncker se ciñe al calendario del «brexit»

Salvador Arroyo BRUSELAS / COLPISA

INTERNACIONAL

Juncker y el negociador del «brexit», Michel Barnier, durante su comparecencia ante la Eurocámara
Juncker y el negociador del «brexit», Michel Barnier, durante su comparecencia ante la Eurocámara FRANCOIS LENOIR| Reuters

Condiciona la prórroga corta a que Westminster valide el acuerdo antes del día 12

04 abr 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Ni un solo desliz, ni una señal tenue que Londres pudiera leer en interés propio. Nada. El presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker, dejó ayer claro a Theresa May el calendario y las condiciones acordadas por los Veintisiete en la última cumbre europea. Y eso, traducido, significa que el 12 de abril se mantiene como la fecha límite para que el Reino Unido evite un divorcio sin acuerdo. Y que la pretendida nueva prórroga «lo más corta posible» que volverá a pedir la premier británica no excederá en ningún caso del 22 de mayo y siempre estará supeditada a que mucho antes, en los próximos nueve días, la Cámara de los Comunes apruebe el acuerdo de retirada que ha tumbado ya en tres ocasiones. 

El luxemburgués volvía así a poner los «puntos sobre las íes» durante una comparecencia en la Eurocámara. Verbalizaba, en definitiva, la primera reacción de las instituciones europeas a la estrategia de último recurso que acaba de emprender la primera ministra: buscar el acuerdo transversal con los laboristas para lograr una opción de mayoría que permita validar el gran pacto del divorcio. Es una de las tres salidas que desde hace tiempo se plantean desde Bruselas para superar el impasse del brexit; las otras: elecciones anticipadas, segundo referendo o la suspensión del proceso.

 Y aunque haya tardado, la mano tendida de May a su opositor Jeremy Corbyn ha abierto un resquicio a la esperanza. Juncker, en este sentido, expresó voluntarismo; su intención de «trabajar hasta el último momento para evitar un no acuerdo». Pero hasta ahí. «La paciencia tiene un límite», ha repetido en varias ocasiones el último mes. Y ya se rebasa. De hecho, ayer todo su afán fue remarcar que la «fecha última» para que «una mayoría viable» en Westminster diga sí al plan de salida ordenada es el 12 de abril. «La UE debería también, en ese caso, aceptar una prórroga hasta el 22 de mayo». Pero sin ese desenlace «no será posible ninguna extensión».

No, si no entra en la rueda de las elecciones europeas. Que el Reino Unido continúe en el club sin implicarse en los comicios que se celebrarán entre el 23 y el 26 de mayo «pondría en riesgo el funcionamiento de las elecciones y de la propia Unión». Así que la extensión más allá de mes y medio solo será posible con urnas para los británicos.

Y en ese punto, ha lanzado otro mensaje de simple precisión a la Cámara de los Comunes: sin trato, no hay período de transición. 

Plan de contingencia

Juncker comparecía apenas una hora después de que el comisario de Asuntos Económicos y Monetarios, Pierre Moscovici, aportase más detalles sobre el plan de contingencia en materia de aduanas.

Ante una salida sin acuerdo se restablecerán todos los controles con el Reino Unido. Llegarán retrasos en las carreteras (más de 4 millones de camiones de mercancías cruzan la frontera francesa cada año); exportadores e importadores tendrán que enfrentarse a una mayor burocracia; resurgirán los pagos de derechos e impuestos especiales y del IVA en esos puntos fronterizos, y volverán también los controles de equipaje en los aeropuertos a los ciudadanos que salgan o entren en la Unión Europea con destino u origen en el Reino Unido. Bienvenidos a la máquina del tiempo.