La ayuda humanitaria se convierte en el centro de la tensión en el país

Pedro García Otero / Corresponsal

INTERNACIONAL

FEDERICO PARRA / Afp

Maduro se ve obligado a decidir entre lo malo y lo peor

03 feb 2019 . Actualizado a las 21:44 h.

La ayuda humanitaria se ha convertido en el centro de la división política de Venezuela, y el principal argumento de la coalición internacional (liderada por Estados Unidos y en la que participan los 13 países del Grupo de Lima), que no quiere otra cosa que la dimisión de Maduro y el establecimiento de un Gobierno de transición para azuzar a un Nicolás Maduro, quien opina que esta ayuda «constituye una intervención» en el país.

El sábado, en una concentración frente a miles de seguidores en Caracas, un nervioso Maduro calificaba de «mendiga» a la oposición por solicitar ayuda humanitaria. «Nosotros no necesitamos limosna», señala el mandatario, pero la oposición y los Gobiernos de Estados Unidos y Colombia han anunciado que se pondrán tres puntos de acopio para el ingreso de la ayuda, y uno de ellos está en Cúcuta, la primera ciudad de Colombia en la frontera sur de Venezuela; otro en Brasil, también en la zona fronteriza, y uno en «una isla del Caribe», según ha manifestado Juan Guaidó, el presidente interino designado por la Asamblea Nacional.

El vicepresidente estadounidense, Mike Pence, ha advertido a Maduro que no «pruebe la resolución de Estados Unidos», intentando interferir con la entrada de ayuda humanitaria, autorizada por Guaidó. A su vez, Iván Duque, presidente colombiano, que reconoce también a Guaidó, ha señalado que van «a ayudar desde Colombia con todo lo que el pueblo venezolano necesite». Así, si Maduro deja entrar en el país la ayuda internacional, se mostrará como un mandatario sumamente débil; y si intenta detenerla, cometerá un acto al que EE.UU. ha amenazado con responder militarmente.