Doce aspirantes para suceder a Merkel

JUAN CARLOS BARRENA BERLÍN / COLPISA

INTERNACIONAL

Bernd Wüstneck

Merz y Kramp-Karrembauer se perfilan como los favoritos entre los militantes

06 nov 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

La sucesión de Angela Merkel como presidenta de la Unión Cristianodemócrata Alemana (CDU) se presenta complicada. Hasta doce personas han anunciado su candidatura para liderar la formación conservadora, acostumbrada hasta ahora a contar con un solo nominado para el cargo que se sometía al voto de los delegados en un congreso federal.

Al término de una reunión de la presidencia del partido, la propia Merkel subrayó que los gremios de su fuerza política decidirán hasta mediados de mes cuántos aspirantes serán finalmente nominados para la elección que tendrá lugar a comienzos de diciembre.

A pesar de lo abultado de la cifra, se considera que solo tres aspirantes tienen posibilidades de sucederla: la secretaria general de la CDU, Annegret Kramp-Karrenbauer; el titular de Sanidad, Jens Spahn; y el antiguo líder parlamentario Friedrich Merz, que abandonó la política hace una década harto de vivir a la sombra de Merkel y, entre tanto, se ha hecho millonario como asesor industrial y financiero.

Es más, para muchos observadores la proximidad ideológica en el ala más conservadora de la CDU de Merz y Spahn hará que el segundo acabe retirándose de la competición en favor del veterano. Esto convertirá la pugna por la presidencia de la CDU en un duelo entre Kramp-Karrenbauer, íntima de la canciller, y Merz, el favorito del empresariado y el mundo financiero alemán.

Los otros nueve interesados en suceder a Merkel son miembros de las bases de la CDU sin posibilidades reales de hacer sombra a los grandes favoritos. Como el profesor de Derecho Internacional de la Universidad de Bonn, Matthias Herdegen, el estudiante berlinés de Derecho Jan-Philipp Knoop o el empresario Andreas Ritzenhoff, todos desconocidos para los cristianodemócratas fuera de sus circunscripciones.

Los estatutos

El secretario de organización de la CDU, Klaus Schüler, anunció que la dirección del partido ha acordado nominar a los candidatos para la presidencia siguiendo «estrictamente los estatutos» y que en las ocho conferencias regionales que tendrán lugar para seleccionar a los aspirantes solo podrán presentarse quienes hayan sido propuestos por uno de los gremios de la formación. Todos los aspirantes dispondrán del mismo tiempo para defender su candidatura y se someterán a las preguntas directas de los afiliados en esas reuniones, a celebrar en la segunda mitad de este mes. Sin embargo, Schüler dejó abierta la puerta a aspirantes de última hora. Además, reconoció que en el congreso del 7 y 8 de diciembre en Hamburgo cualquier delegado tendrá derecho a proponerse a sí mismo o a otro compañero como candidato a la presidencia cristianodemócrata, lo que haría inesperadamente más interesante la lucha por la sucesión.

Merkel detalló que la elección de un nuevo líder de la CDU no afectará al Gobierno federal alemán ni tampoco a la gran coalición con los socialdemócratas (SPD). «Como CDU nos seguimos sintiendo comprometidos con el acuerdo de coalición», dijo la mandataria, quien subrayó que «este es un importante mensaje» que debería reducir las preocupaciones sobre la continuidad del Ejecutivo, en el aire por los últimos resultados electorales.

QUIÉN ES QUIÉN: los principales favoritos en la carrera sucesoria

Annegret Kramp-Karrembauer: Nacida en Völklingen en 1962, madre de tres hijos, ha crecido políticamente a la sombra de la canciller, a quien ha demostrado una absoluta lealtad que ahora es correspondida con su apoyo.

Jen Spahn: Spahn (Ahaus, 1980) empezó como diputado con 22 años. Está especializado en el área sanitaria y se ha posicionado a favor de la igualdad de derechos de los matrimonios homosexuales.

Friedrich Merz: Este juez (Brilon, 1955) fue eurodiputado a finales del siglo pasado y es miembro del Bundestag desde el 2002. Católico, este bávaro es el preferido del poder empresarial.

Jan-Philipp Knoop: Este estudiante de 26 años criado en la cantera de la CDU representa al más ambicioso de los aspirantes menos conocidos que aspiran a suceder a Angela Merkel al frente del partido.

El jefe del espionaje denuncia un complot en su despedida

PATRICIA BAELO

Mientras la canciller alemana intenta marcar el ritmo de su retirada en medio de la carrera por su sucesión y de las incógnitas que mantienen en vilo al país y al continente, su Ejecutivo jubilaba ayer por anticipado al controvertido exjefe de los servicios secretos de interior. Precisamente la connivencia de Hans-Georg Maassen con la ultraderecha estuvo a punto de hacer saltar por los aires la gran coalición que dirige Alemania el pasado mes de septiembre. Era la segunda gran brecha de conservadores y socialdemócratas desde que su alianza vio la luz en marzo y terminó de reflejar la debilidad de Angela Merkel y del bipartidismo germano, que quedó en evidencia con los varapalos a los dos principales partidos en los comicios regionales celebrados en Baviera y Hesse.

Maassen, de 55 años, se encontraba en funciones a la espera de un nuevo cargo, después de haber minimizado la ola de protestas xenófobas desatadas a finales de agosto en el este de Alemania y contradecir a la propia canciller, al negar que hubiera habido «cacerías de extranjeros».

Polémica petición

El SPD exigió entonces la dimisión del director de la Oficina Federal para la Protección de la Constitución, como se conoce a la inteligencia germana de interior. Pero Horst Seehofer, líder de la CSU bávara y titular de Interior, amenazó con abandonar el Ejecutivo si no se le ofrecía a Maassen un puesto en su ministerio. El socio más a la derecha de Merkel había lanzado un órdago similar en junio para exigir a la mandataria que expulsara a los refugiados en la frontera.

Tras la avalancha de críticas por parte de la sociedad y la oposición contra una maniobra que escondía un ascenso para el exjefe de espionaje, los líderes de los tres partidos de Gobierno acordaron darle un puesto de asesor, aunque sin subirle el sueldo.

No contento con ello, en el manuscrito de su discurso de despedida enviado a sus colegas y filtrado por varios medios alemanes, Maassen denuncia un complot orquestado por sectores del SPD, a los que calificó de «ultraizquierdistas» radicales. Asimismo, el funcionario se reafirma en sus declaraciones sobre la ola de xenofobia y se autodefine como «crítico de una política de migración ingenua y de izquierda».

Seehofer notificó el despido

La decisión de retirarle definitivamente fue comunicada por su jefe directo, Seehofer, quien considera que «ya no es posible mantener la cooperación con Maassen en un ambiente de confianza, debido a sus formulaciones inaceptables». «Se ha superado una frontera», subrayó el ministro en alusión al discurso, que supone un ataque contra uno de los socios de coalición y una injerencia en el ámbito migratorio, responsabilidad de Seehofer.