Trump miente cada vez más

Mercedes Gallego NUEVA YORK / COLPISA

INTERNACIONAL

Los seguidores no dejaron de aplaudir a Trump en el mitin en Wilkes-Barre, en Pensilvania
Los seguidores no dejaron de aplaudir a Trump en el mitin en Wilkes-Barre, en Pensilvania MANDEL NGAN / AFP

En junio y julio alcanza las dieciséis falsedades diarias, la mayoría relacionadas con la economía y la creación de empleo que se otorga

04 ago 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Donald Trump miente. Eso ya no es ningún secreto ni siquiera objeto de discusión. La cuestión es cuánto y parece que cada vez más, según la cuenta que lleva con rigor periodístico The Washington Post. Según su fact-checking diario, la media de los 558 días en el poder que llevaba hasta acabar julio era de 7,6 mentiras diarias o «declaraciones falsas», como prefiere llamarlos el rotativo. Un ritmo ascendente y hasta adictivo que para muchos indica un problema patológico, en comparación a las 4,9 mentiras diarias de sus primeros cien días. Es, sin embargo, en los dos últimos meses en los que se ha disparado su desapego a la verdad, alcanzado en junio y julio 16 falsedades diarias. Si a eso se le añaden las «engañosas», llamadas en ingles misleading, el presidente de los cuatro pinochios que asigna el rotativo alcanza hasta 7,9 diarias. Casi un tercio de ellas están relacionadas con la economía y la creación de empleo que se otorga. La política exterior y la OTAN le siguen de cerca.    

Hacía falta un periódico de Pulitzer financiado por Jeff Bezos, fundador de Amazon, para dedicarse a investigar con detalle las 4.229 declaraciones trumpianas que pueden calificarse de falsas. El equipo ha creado gráficos para ilustrar su realidad paralela y la lista de falsas estadísticas.

El Post como otros muchos diarios dedicó este viernes espacio al enésimo ataque a los medios del presidente de EE.UU. Ante un público entregado, la noche del jueves (madrugada del viernes en España) Trump avivó la ira de sus seguidores contra la prensa con un furibundo ataque en el que no dejo títere con cabeza, incluidos los periodistas presentes a los que calificó de «gente horrenda y horrible». La multitud recibió la retahíla de ataques con aplausos y abucheos generalizados.  

Ocurrió en el mitin en Wilkes-Barre, en Pensilvania, para apoyar al candidato republicano al Senado Lou Barlett. Dedicó más de quince minutos a quejarse por la cobertura de los medios de su gira internacional de julio. Por ningunear sus acuerdo con Kim Jong-un o calificar de servilismo su actitud ante Vladimir Putin, mientras le afeaban los ataques a sus aliados en el mismísimo cuartel de la OTAN. Trump incluso se refirió a la cobertura de su encuentro con la reina Isabel II, negando que se hubiera retrasado. «Noticias falsas, falsas y desagradables», dijo provocando el delirio entre sus seguidores.

Mientras se dirigía a Pensilvania, Trump trató de restar importancia a los comentarios de su hija y asesora Ivanka, que explícitamente dijo que no estaba de acuerdo con su descripción de su padre de la prensa como «el enemigo del pueblo». En la Casa Blanca evitaron este viernes hacerse eco de este polémico calificativo. Sarah Sanders no respondió al periodista de la CNN Jim Acosta, blanco habitual del magnate.

Los improperios de Trump llegaron el mismo día en que los relatores especiales para la libertad de expresión de la ONU y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, David Kaye y Edison Lanza, rubricaron una declaración conjunta en la que acusan a Trump de «denigrar» a los medios y advirtieron que sus palabras alientan la violencia contra los periodistas. «Sus ataques son estratégicos y tienen por objeto socavar la confianza en la labor periodística y sembrar dudas sobre hechos constatables».