Más de 130 políticos asesinados en la campaña más violenta de la historia

Héctor Estepa CIUDAD DE MÉXICO / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

Un forense examina el cadáver de un hombr tiroteado en un mercado de Acapulco
Un forense examina el cadáver de un hombr tiroteado en un mercado de Acapulco STRINGER

Los planes para luchar contra el crimen de los candidatos no convencen a los expertos

29 jun 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

A Rosely Magaña le dispararon el pasado 10 de junio mientras celebraba una reunión política. Era candidata a regidora de Isla Mujeres, cercana a Cancún, por el oficialista PRI. Luchó dos días en el hospital, pero finalmente murió. El suyo no es un caso aislado. Al menos 133 políticos han sido asesinados en todo México desde que inició la campaña electoral, el pasado septiembre. 48 eran candidatos o precandidatos a alguno de los cargos de elección pública que se dirimen en las elecciones de este domingo.

El 2017 fue el año más violento de la historia desde que inició el registro de asesinatos, en 1997 Ser político en México es una profesión de alto riesgo, y muchos no quieren exponerse. Más de 1.000 candidatos habrían renunciado. Los grupos criminales parecen haberse hecho con el control del aparato de poder a nivel local, actuando como autoridad en varias zonas de México, ante la inacción de las autoridades. La violencia contra los políticos es solo una expresión de la inseguridad que vive México. El país contó el pasado año 25.339 homicidios. Unos 70 al día. El 2017 fue el año más violento de la historia desde que inició el registro de asesinatos, en 1997.

La situación no ha mejorado este año. En los cinco primeros meses del 2018 se han registrado 13.298 homicidios dolosos, un 21 % más que en el mismo periodo del año pasado.

Muchas son las promesas que han hecho los principales candidatos a la presidencia para solucionar el flagelo de la violencia, pero los analistas critican que no son planes claros. «Los candidatos no saben problematizar. La inseguridad no solo se aplaca consiguiendo armas, patrullas o poniendo cámaras de vigilancia. Aunque tuvieras un policía por ciudadano, eso no te garantizaría que la inseguridad se redujese ni siquiera en el corto plazo. Conseguirías detener a mucha gente, pero no asegurarías que siguiera creciendo la máquina productora de delincuentes», advierte la criminóloga Mónica Franco.

Distintas propuestas

El izquierdista Andrés Manuel López Obrador (AMLO) ha sido muy criticado por proponer una suerte de amnistía contra quienes hayan incurrido en infracciones menores. Quiere también retirar al Ejército de la defensa ciudadana y tomar medidas para la reinserción. Lidera todas las encuestas de intención de voto.

A entre 20 y 25 puntos de AMLO se sitúa Ricardo Anaya, del conservador PAN, que propone empoderar a los investigadores, profesionalizar la policía y alejarla de la corrupción. El tercer candidato en las encuestas, José Antonio Meade, del oficialista PRI, quiere elevar los salarios de la policía, reducir el tráfico de armas y establecer políticas preventivas. En su contra juega que la violencia ha explotado durante el sexenio del presidente saliente, Enrique Peña Nieto, y muchos creen que esas medidas se podrían haber tomado antes.

Los expertos critican que los políticos están alejados de la realidad social del país. «Hay una ausencia de políticas de prevención o destinadas a identificar los perfiles de delincuentes. Son jóvenes, adolescentes, personas con adicciones, que vienen de violencia familiar, de estructuras familiares muy descompuestas», expone Franco. «Hay que enfocar las políticas públicas hacia la atención de estos grupos. Estamos enfocados en la reacción ante el crimen y hay que trabajar en la prevención», añade.

La impunidad es otro problema. «Queremos seguridad pero sin justicia. Este sistema judicial tiene muchos criterios de oportunidad para el delincuente. En el camino que va desde la detención a la sentencia, muchos evaden al sistema», comenta Franco.

México renovará a sus gobernantes el domingo pero muchos dudan que cambie la inseguridad, al menos a corto plazo.