El San Juan se ha quedado sin tiempo

paula sabajanes BUENOS AIRES / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

EITAN ABRAMOVICH | AFP

La Armada argentina admite que la falta de oxígeno eleva a crítica la situación del submarino

23 nov 2017 . Actualizado a las 07:23 h.

La desesperación asoma en el séptimo día. La Armada argentina fue descartando durante esta semana todos y cada uno de los hallazgos que surgieron en el mar y que podrían haber dado pistas sobre el paradero del submarino San Juan con sus 44 tripulantes a bordo. Desde el último contacto el miércoles 13 por la mañana, reportando un problema eléctrico y anunciando rumbo a su base en Mar del Plata, el dispositivo de búsqueda, que ha ido sumando medios especializados de trece países y empresas petroleras de todo el mundo, ha ido desarmando todos y cada uno de esos indicios con rastreos aéreos, sonares, detectores de calor y magnéticos. Ahora mismo, la solvencia emocional de los familiares de los militares abre vías por la presión y comienzan a aflorar los reproches por la posible demora en activar la búsqueda y la falta de recursos destinados.

Una vez más, el portavoz de la Armada, Enrique Balbi, aseguró en su esperado parte de ayer que «no hay rastros del submarino» y que, nuevamente, los rastreos encaminados a esclarecer su situación o su posición fueron infructuosos. «Ayer por la noche ordenamos patrullar la zona a las 200 millas al este de la Península Valdés» tras el reporte de unas bengalas de color naranja coincidentes con las del sumergible. «Patrullamos toda la noche con tres tipos de medios para corroborar las señales acústicas, las térmicas y las anomalías magnéticas, pero se descartó que se tratara del submarino», dijo refutando filtraciones de los estadounidenses que hablaban de un foco de calor en el área.

Balbi, un submarinista que navegó en el San Juan, intentó no mostrarse abatido y lanzó un mensaje a los familiares para que «no pierdan las esperanzas» porque el país está «llevando a cabo una operación de gran magnitud» con una colaboración internacional inédita. Insistió, asimismo, en que aún no se descarta ninguna hipótesis, aunque se inclinó ante la teoría de que la nave se encuentre en estado de inmersión porque ya se completó el rastrillaje aéreo en la zona y no fue detectado. Este supuesto es «crítico» porque en esas condiciones la nave solo conserva oxígeno para los siete días que se cumplieron ayer.

Ayer se supo por una información del diario La Nación que el problema en las baterías del sumergible reportado por el comandante se originó por una entrada de agua al utilizar el snorkel. Al ser consultado sobre la posibilidad de que el San Juan pudiera haber estallado, Balbi subrayó que «se ha evaluado, sí, es un escenario más». «Pero una explosión de tal magnitud hubiese sido escuchada por un hidrófono en el fondo del mar o cualquier submarino en el Atlántico Sur», intentó tranquilizar.

Los familiares denuncian que se tardase dos días en comenzar la búsqueda

El Gobierno argentino busca coordinar la inusitada solidaridad internacional desplegada en torno a la costa patagónica para activar el rescate en cuanto surja el dato de ubicación del submarino. El ministro de Defensa, Oscar Aguad, viajó ayer a Comodoro Rivadavia, base de operaciones, y el canciller argentino manifestó el agradecimiento del Estado por la solidaridad de Alemania, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Estados Unidos, Francia, Noruega, Perú, Reino Unido, Uruguay y España, que ha enviado tres contenedores estanco con alcance de hasta 600 metros que se utilizarían para suministrar oxígeno.

La angustia del momento ha hecho pasar a un segundo plano los chispazos entre mandos militares y políticos por la falta de información en las primeras horas del suceso, lo que obligó a Aguad a suspender abruptamente un viaje a Canadá por la publicación de las primeras noticias sobre el San Juan. Pero la falta de noticias convierte la situación en un drama colectivo. El país entero sigue en vilo el minuto a minuto las batidas a la espera de una señal. Las familias se desesperan y surgen denuncias como la de una hermana del operador de radar del San Juan. «Sentimos mucha impotencia sentimos mucho dolor, porque hay cosas que se debieron haber hecho antes, y no esperar a que queden 24 horas de vida». Según denunció, pese a que la nave se comunicó por última vez el pasado miércoles, la búsqueda no comenzó hasta la madrugada del viernes, a lo que, señaló, se suma el hecho de que hasta ayer no se enviase un submarino a buscarlo.