¿Por qué es tan polémico el CETA?

La Voz / Agencias

INTERNACIONAL

PATRICK SEEGER | EFE

El Parlamento Europeo aprobó este miércoles su ratificación con el voto de sus parlamentarios completamente dividido: 408 votos a favor, 254 en contra y 33 abstenciones

15 feb 2017 . Actualizado a las 18:01 h.

Con 408 votos a favor, 254 en contra y 33 abstenciones, el Parlamento Europeo aprobó este miércoles la ratificación del acuerdo comercial con Canadá (CETA por sus siglas en inglés). Su objetivo es impulsar el comercio de bienes y servicios y el flujo de inversiones entre Canadá y los países europeos. Sin embargo, para su puesta en marcha todavía deberá ser ratificado por prácticamente una treintena de parlamentos nacionales y regionales que podrían frenar su implantación, y es que el CETA ha llegado hasta este punto con el rechazo firme de algunos partidos, oenegés ambientales, sindicatos y activistas antiglobalización.

Sus detractores no ven en él ninguna de las bondades de quienes lo defienden y aseguran que pondría en riesgo la protección del medio ambiente, la salud, los derechos laborales y la capacidad democrática de defender el bien común, en favor de los intereses de los sectores económicos y financieros.

Entre los aspectos más polémicos destacados por diversas onegés ambientales está el hecho de que el CETA permitirá a las grandes empresas e inversores de mandar a los Estados si cambia la legislación que pudiera afectar a sus beneficios, y sin embargo, la ciudadanía vería reducidos sus derechos laborales, así como la seguridad alimentaria y la protección al medio ambiente. 

División en España

Los eurodiputados de PP, PSOE, Ciudadanos y PNV celebraron su aprobación al considerar al CETA como una oportunidad para que la UE se alíe con un socio como Canadá. En el lado contrario, Podemos, IU, ICV, ERC y Equo creen que rebajará los estandares laborales y medioambientales, entre otras consecuencias negativas.

El secretario general de UGT, Pepe Álvarez, ha señalado que el controvertido tratado de libre comercio bilateral con Canada representa una «pérdida de soberanía» para el Estado español y para el conjunto de la Unión Europea. Así, ha señalado que los jueces españoles ya no decidirán en relación con los temas de comercio internacional que están en este tratado y las empresas americanas utilizarán como puente Canadá para poder entrar en nuestro país, mientras que será imposible que las empresas españolas puedan hacer engocios en Estados Unidos por Trump.

Activistas contrarios al CETA entregaron este miércoles en la Eurocámara 3,5 millones de firmas a los vicepresidentes del Parlamento Europeo Ulrike Lunacek (Verdes) y Dimitros Papadimoulis (Izquierda Unitaria).